¿Por qué son del Atleti?

Primero fue la realidad: una tarde, Miguel García Vizcaíno y Marta Rico viajaban en el coche. Detrás iba Ana, su hija de siete años, que soltó el bombazo: «Papá, ¿porqué somos del Atleti?». Después vinieron el anuncio y la leyenda. Ahora, la frase es un sinónimo del amor y el sufrimiento por unos colores. Si en la calle alguien suelta la sentencia, todos lo entenderán. Los que la colaron en el alero de la cultura popular y la convirtieron en emblema son los padres de Ana, que son publicistas y fundadores de Sra. Rushmore, la agencia talismán del Atlético de Madrid y la que ha representado desde hace años el sentimiento colchonero con una sensibilidad propia.

En ese corazón dividido en pequeñas piezas de 40 segundos, el Mono Burgos salía de una alcantarilla cuando volvían a Primera. Pero antes, Kiko había pasado ‘un añito en el infierno’, una frase que hoy ya es sinómino de descender. La última ocurrencia la firma Max, el otro hijo de Miguel y Marta. El chaval había celebrado la última victoria de su equipo en la Copa del Rey el pasado 17 de mayo. Ese mismo fin de semana soltó esto en casa con toda naturalidad: «¡Qué ganas tengo de que llegue el lunes!». Para lucir su camiseta en el cole y que «no le llamarán paquete». Sus padres tomaron una cámara y grabaron el spot con él como protagonista. La brillantez de la idea y la fugacidad de su ejecución (el lunes estaba en todas las pantallas), les ha valido tres de los seis premios que han ganado en El Sol, uno de los festivales más prestigiosos en el mundo de la publicidad.

Para comprender este idilio de ideas entre Sra. Rushmore (tomaron el nombre y la imagen de la actriz de una de sus campañas) y el Atlético hay que remontarse a hace medio siglo, cuando Benito García, un representante de quesos de Carrascal del Río (Segovia), se muda a Madrid. Era del Atleti. En plena Puerta de Toledo nació su hijo Miguel, que se crió en Carabanchel, colchonero hasta las trancas, como es natural. Entonces no había tanta diferencia entre el Madrid, el Barça y los demás, pero Benito y Miguel siempre iban con los rojiblancos. Y si no jugaban los suyos, ¿a quién apoyaban? «Nosotros siempre con el más débil, Miguel», le decía su padre.

Para no alargar el asunto, sirve contar que Miguel García Vizcaíno conoció a su mujer Marta en la agencia BBDO. Allí comenzaron a trabajar en la imagen del Atlético de Madrid. Hace quince años fundaron junto a otros tres socios Sra. Rushmore, que hoy tiene 75 empleados, y que hizo campañas tan sonadas como la de ZP. «Somos más del Atleti que del PSOE», matiza Miguel.

«Aquí los del equipo tienen un punto más. Hacemos discriminación positiva con los nuestros. Bastante discriminación de la otra les hacen fuera. Hay gente del Madrid también, pero no son tantos», confiesa.

En una mesa junto a la puerta trabajan Sara y Berta. «Nosotras somos del Atleti desde niñas. Veníamos con el escudo en el pañal», bromea Sara. Las últimas victorias colchoneras les han sentado tan bien que Miguel admite que en la agencia viven «en cierto estado de gracia». El despacho enorme y circular de Miguel y Marta, que reina en las alturas de la Gran Vía madrileña, está sembrado de pequeños detalles rojiblancos aquí y allá: una bandera firmada por Gárate que sacan a la esquina los días de victoria, muñecos blancos y rojos, una foto del Mono Burgos, dos carnés del equipo y un dibujo de Miguel convertido en personaje de Lego colchonero.

«Te hace más fuerte»

El último de sus torpedos sentimentales cuenta lo que ocurre en la sala de espera de una entrevista de trabajo donde aguardan varios candidatos cincuentones. Cuando llega un treintañero, se van levantando, uno a uno, derrotados. El último hace el amago, pero finalmente se sienta de nuevo, decidido a plantar pelea, a no amilanarse. En ese momento, se aprecia cómo de una hebilla le cuelga un llavero del equipo. Aparece un eslogan: ‘Te hace más fuerte’. «Es cierto, ser de este equipo es ir por la vida por un camino de cabras en lugar de por una autopista –explica Marta–. Se trata de pelear. El tipo no se va de la entrevista como los demás. No sabemos qué pasa, si gana o pierde. No es cuestión de eso, no importa. Hay que plantar batalla».

Modelar el alma futbolera de Carabanchel es una parte pequeña del trabajo de Sra. Rushmore. Por las campañas rojiblancas no se llevan un duro. El club solo les paga los costes de producción, pero nunca les faltan voluntarios. Los actores, que no son profesionales, salen de entre los familiares y amigos de Sra. Rushmore. Todos participan por amor a los colores.