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Vivir el sueño americano
Profesionales españoles formados en EE UU gracias a distintas becas se unen en un foro para compartir sus experiencias y animar a los jóvenes a cruzar el charco
MADRID Actualizado: Guardar¿Quién no querría poder completar sus estudios en una prestigiosa universidad estadounidense? Poder recibir clases de eminentes profesores en las prestigiosas y elitistas Harvard o Columbia. Compartir pupitre con los futuros líderes empresariales o políticos del mundo. Y aspirar a convertirse en uno de ellos. En definitiva, vivir el sueño americano . ¿Una utopía? La realidad es que no. Algunos universitarios españoles ya lo han hecho y estos días han contado su experiencia a otros jóvenes. Y es que a pesar de los elevadísimos costes que supone estudiar en estas cunas del saber, existen diversas becas que conceden instituciones como la Comisión Fulbright o la Fundación Rafael del Pino para que el aspecto económico no sea una barrera infranqueable al talento, las ganas y la motivación. El principal problema es que la mayoría de los estudiantes desconoce siquiera la existencia de estas ayudas. Y es ahí donde juega un papel importante el Foro EE UU, que reúne a antiguos estudiantes españoles becados en esos prestigiosos centros junto a jóvenes universitarios de diversas ciudades.
«La idea es devolver a la comunidad parte de lo que nos ha dado», explica Bernardo Navazo, coordinador del foro que en su tercera edición se celebró el pasado viernes en Albacete con el apoyo del Departamento de Estado de EE UU y la Universidad de Columbia. Este castellano-manchego estudió Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid y después decidió dar el salto al otro lado del Atlántico. Gracias a una beca Rafael del Pino pudo cursar un máster durante dos años en la Universidad de Columbia. Allí participó en la política estadounidense como coordinador de campaña en las elecciones municipales de Nueva York. Con esa experiencia, Navazo tiene claro cuál es la clave: «Hay que transmitir a los jóvenes unos principios de ética del trabajo, es decir, del afán de ser mejor cada día», asegura. El objetivo de este foro, según Navazo, radica en la necesidad de dar a conocer en ciudades españolas de tamaño medio, de entre 100.000 y 400.000 habitantes, las ayudas que existen para formarse fuera de España. «Este mensaje no llega más allá de Madrid y Barcelona», lamenta Navazo.
Un dato que confirma Manuel Giménez, presidente de la Fundación Rafael del Pino. Esta institución concede anualmente entre 10 y 15 becas de posgrado y doctorado en algunos de los centros más prestigiosos del extranjero. Sin embargo, el 90% de las solicitudes que reciben provienen de cuatro universidades de Madrid y Barcelona. «Hay una infrarrepresentación del resto de ciudades», explica. Y no es que en esas localidades los alumnos sean menos brillantes, sino que Giménez lo achaca al desconocimiento de los estudiantes y al desinterés de profesores y centros en publicitar estas oportunidades.
Giménez es otro de los españoles que completaron su formación en el país de las barras y las estrellas. Su particular sueño americano se inició en la Universidad de Nueva York. «Realicé un máster de Filosofía del Derecho con otros veinte alumnos. Solo la matrícula costaba 50.000 dólares», comenta. A esa cantidad hay que sumar el nivel de vida de la Gran Manzana. Reconoce que si no hubiese disfrutado de una beca habría sido imposible afrontar esos gastos. Sin embargo, Giménez aprovechó la oportunidad. En su charla con los jóvenes les invitó a perder el miedo a moverse, «a desembarazarse de la pertenencia a un sitio». También recomienda no tener prisa por ganar dinero y, sobre todo, hablar inglés. «De lo contrario te conviertes en un analfabeto funcional», afirma.
Humanizar los errores
El foro pretende ser un punto de encuentro entre antiguos estudiantes de universidades estadounidenses que a su vuelta a España han resultado ser líderes, emprendedores e innatos activistas en sus respectivos campos profesionales. Es el caso de Manuel González, ingeniero de telecomunicaciones que actualmente trabaja en Google. En su opinión, lo prioritario en España es cambiar la mentalidad a la hora de enfocar un proyecto y perder el miedo a fallar. «Debemos humanizar los errores. Relativizarlos porque forman parte del aprendizaje. Los errores forman parte de la vida», insiste.
En las biografías de casi todos los grandes innovadores estadounidenses puede encontrarse cómo iniciaron sus proyectos en la universidad y con el apoyo de los docentes. Una circunstancia harto improbable en España. Y es que, para González, los problemas de la investigación o el emprendimiento en España no se deben a un déficit del sistema educativo. «La calidad de la enseñanza es muy buena. Lo que se necesita es el apoyo ideológico e intelectual», razona. González participa en el foro impregnado de ese sentimiento americano de deuda con la comunidad. Por eso trata de devolver a la sociedad parte de la ayuda que recibió. «Me permitieron la oportunidad de estudiar ingeniería de telecomunicaciones en una universidad pública. De completar mis estudios en Francia y conocer a amigos», explica. Por eso anima a los jóvenes a ampliar sus miras.
El foro también sirve para hablar de liderazgo político de la mano de Iban Rabasa i Benavent. Este barcelonés licenciado en 2005 en Ciencias Políticas y de la Administración en la Universidad Pompeu Fabra completó sus estudios en el IESE Business School. Actualmente forma parte del Gobierno de CiU en la Generalitat y desde su experiencia anima a los jóvenes a moverse para formarse. Porque lo importante, como recuerda Navazo, es aprender y vivir el sueño : «Aquí hablamos de líderes que se fueron y allí se quedaron, que se fueron o volvieron o bien que aquí se quedaron e innovaron».