'El Caballero del Terror' cumple 100 años
"Si interpretara a Hamlet, lo considerarían una película de terror", decía Peter Cushing, para generaciones la personificación del barón Frankenstein y del cazavampiros Abraham van Helsing
BILBAO Actualizado: GuardarVictor Frankenstein, Abraham van Helsing, Sherlock Holmes y Wilhuff Tarkin nacieron hace cien años. Bueno, ellos no. Quien nació el 26 de mayo de 1913 fue Peter Cushing, actor inglés que ha encarnado como nadie al científico loco, al cazavampiros, al detective victoriano y al gobernador al mando de la Estrella de la Muerte en 'La guerra de las galaxias' (1977).
Nacido en Surrey, aunque la familia se trasladó poco después a un suburbio del sur de Londres, Cushing saltó al estrellado a finales de los años 50 y, junto a su amigo Christopher Lee, reinó en el terror en los 60 gracias a las producciones de la Hammer. No era ya joven cuando en 1957 le ofrecieron el papel del creador del monstruo en 'La maldición de Frankenstein', de Terence Fisher. Pero es que no le fue fácil hacerse un hueco en la escena.
Mal estudiante e hijo de un agrimensor, a los 20 años empezó a trabajar como ayudante de su padre, aunque lo que le apasionaba era la actuación. Se matriculó en una escuela de teatro y consiguió su primer papel en 1936. Tres años después, cruzó el Atlántico sin billete de vuelta para probar fortuna en Estados Unidos, ya que en su país su carrera no progresaba. En Hollywood, trabaja en 'El hombre de la máscara de hierro' (1939), de James Whale, y en 'Estudiantes en Oxford' (1940), con Stan Laurel y Oliver Hardy, el dúo cómico conocido en España como El Gordo y El Flaco. Pero, en cuanto empieza a sonreírle la fortuna, le entra nostalgia y regresa a casa.
Teatro bajo el fuego
De vuelta a Londres, intenta alistarse para combatir contra los nazis, pero el Ejército le rechaza por problemas de oído. Y en mayo de 1942, cuando está de gira con 'Private lives' (Vidas privadas), encuentra al amor de su vida. Violet Helene Beck, una inmigrante rusa nacida en 1905 en San Petersburgo, era corista y actriz suplente en la compañía. Un día, al entrar en el escenario, mira hacia arriba y se topa con el actor.
Años después, ella recordaría su primera impresión así: "Mi corazón dio un vuelco. No le conocía, pero sabía, en lo más profundo del corazón, que habíamos estado juntos antes. Alto y delgado, de rostro pálido, casi demacrado, con impresionantes ojos grandes y azules". Demacrado. Pocos adjetivos encajan tan bien con el aspecto físico de Cushing. Se casaron once meses después y él la convierte en el centro de su vida. "Le debo todo a Helen. Era actriz y abandonó su carrera por mí. Me hizo lo que soy. Me dio una confianza que nunca hubiera conseguido por mí mismo", aseguraría después de la muerte de ella, en 1971.
Cushing se vuelca en el teatro mientras la bombas alemanas llueven sobre el sur de Inglaterra. Helen sufre un aborto y una histerectomía, y, al acabar la Segunda Guerra Mundial, él permanece en paro nueve meses y se gana el pan diseñando bufandas. Su primera gran película será el 'Hamlet' (1948), de Laurence Olivier, donde interpreta a Osric y coincide con Christopher Lee, que tiene un pequeño papel y con quien volverá a encontrarse en 'Moulin Rouge' (1952). Antes de debutar en el terror, saltará a la televisión con '1984' y otros telefilmes que le meterán en los hogares británicos.
Creador y asesino de monstruos
Su suerte cambia definitivamente cuando Terence Fisher le escoge para dar vida al científico loco de 'La maldición de Frankenstein', producida por la Hammer en 1957. "Con sus refinadas maneras, con su actitud de hombre que sabe mirar y escuchar, y sobre todo saber estar, Cushing compone un personaje indisociable de la época, y en numerosos momentos revela su pertenencia a la vieja raza (en extinción) de actores que se expresan por medio de todo el cuerpo", escribe José María Latorre en su libro 'El cine fantástico' (1987). Se había preparado a conciencia para interpretar al barón Victor Frankenstein -al que dará vida en seis películas-, incluyendo un entrenamiento para manejar el escalpelo como lo haría un cirujano.
El monstruo es Christopher Lee, que en 1958 interpreta al conde Drácula en la película del mismo título de Fisher, donde Cushing es Van Helsing por primera vez. Lo será otras cinco en unas cintas donde el terror se sugiere más que se muestra, con ventanas abiertas y cortinas que ondean para simbolizar la visita del conde de afilados colmillos y ojos inyectados en sangre. Cushing, crucifijo en mano, clavará estacas en el corazón de Drácula y sus novias en numerosas ocasiones.
Curiosamente, el actor no es un apasionado del cine de terror. "Me encanta porque le gusta a la gente, pero mis películas favoritas son mucho más sutiles que las de terror. Me gusta ver filmes como 'El puente sobre el río Kwai', 'El apartamento' y los musicales encantadores". Sin embargo, ha pasado a la historia como 'El Caballero del Terror', junto a su amigo Lee.
"Un tipo tranquilo"
Interpreta a Sherlock Holmes en 'El perro de los Baskerville' (1959), la primera película en color sobre el detective. Cautiva al público y graba una serie de dieciséis episodios para la BBC. Y, a mediados de los 60, encarna dos veces al Doctor en sendas películas basadas en la serie de ciencia ficción 'Doctor Who', que todavía continúa hoy en día en la televisión pública británica tiene fans en todo el mundo.
Cushing nunca abandonará las películas de miedo y en 1964, en la cima del éxito, se toma a broma cómo le ve el público. "La gente me mira como si fuera una especie de monstruo, pero no sé por qué. En mis películas macabras, he sido tanto creador de monstruos como destructor de monstruos, pero nunca un monstruo. Realmente, soy un tipo tranquilo. Nunca he matado una mosca. Amo a los animales y, cuando estoy en el campo, me gusta observar los pájaros".
Su vida se rompe el 14 de enero de 1971 con la muerte de su mujer. Esa noche, intenta suicidarse bajando y subiendo repetidamente a la carrera las escaleras de su casa para provocarse un infarto. No lo logra. "El tiempo es interminable, la soledad es inaguantable y lo único que me hace seguir es saber que mi querida Helen y yo nos reuniremos otra vez algún día. Solo ambiciono unirme a ella", declara a Radio Times en 1972.
Cushing, el genocida
Su última época está marcada por un gran villano, el gran moff Tarkin de 'La guerra de las galaxias' (1977). Gobernador del Borde Exterior de la galaxia y comandante de la Estrella de la Muerte, es quien ordena la destrucción de Alderaan, el planeta de la princesa Leia. Durante el rodaje, un Cushing más demacrado que nunca, y más cruel que nunca, tiene que aparecer con botas de montar, pero las proporcionadas por vestuario son pequeñas y le destrozan los pies, así que filma sus escenas en zapatillas y los cámaras le graban de rodillas para arriba o detrás de algo.
Aunque George Lucas había pensado inicialmente en él para interpretar a Obi Wan Kenobi, Cushing borda el papel del villano Tarkin. Cobra 3.680 dólares por semana, mucho más que Mark Hamill (1.000) y Harrison Ford (750). Y es que es uno de los grandes. Carrie Fisher (la princesa Leia) le adora tanto que, en la escena que comparten y en la que tiene que dejar claro que odia a Tarkin, piensa en otro porque con Cushing delante le es imposible. Hamill, que no tiene ninguna escena con él, es un fan devoto, le preguntará por detalles de su carrera y le pedirá un autógrafo.
Es tal la fuerza que imprime Cushing a Tarkin que hay quien toma a este como el auténtico malvado de la película de Lucas. "Mi criterio para elegir un papel no se basa en lo que me gustaría hacer. Intento tener en cuenta lo que a la audiencia le gustaría verme hacer y pensé que a los jóvenes les encantaría 'Star Wars'", dijo en su día el actor. Acertó. 'El Caballero del terror', para quien la vida había acabado en 1971 cuando falleció su esposa, murió el 11 de agosto de 1994 a consecuencia de un cáncer de próstata después de haber participado en más de 90 películas para el cine y la televisión. Fue un mazazo para quien tantas veces fue su enemigo en la ficción.
"No quiero parecer siniestro; pero, en algún momento de sus vidas, cada uno de ustedes se dará cuenta de que tiene en su vida una persona, un amigo, a quien ama y cuida mucho. Esa persona está tan cerca de usted que usted es capaz de compartir algunas cosas solo con ella. Por ejemplo, puede llamar a ese amigo y, desde la primera risa maníaca o alguna otra broma, saber quién está al otro extremo de la línea. Nosotros solíamos hacerlo a menudo. Y, después, cuando esa persona se haya ido, no habrá nadie como ella en su vida nunca más", dice Christopher Lee, su gran amigo, en una entrevista del DVD de 'El perro de los Baskerville'.