Rajoy y Cospedal se niegan de momento a opinar sobre el aborto
El presidente argumenta que es "un asunto que está debatiéndose dentro del Gobierno y cuando tomemos la decisión la daremos a conocer"
MADRID Actualizado: GuardarPor las controversias que genera, el tema del aborto parece haberse convertido en 'tabú' para los miembros del Gobierno. La reforma de la ley de interrupción voluntaria del embarazo anunciada por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, hace más de un año está dando muchos quebraderos de cabeza por la polémica que genera tanto en la calle como dentro de las propias filas del PP. Por eso se ha pospuesto su aprobación y por eso los miembros del Ejecutivo rehúyen hablar del tema.
"No es que sea mi intención no darle mi respuesta. Éste es un asunto que está en este momento debatiéndose dentro del Gobierno y cuando tomemos la decisión la daremos a conocer". Con estas palabras el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, zanjaba este "asunto". Y de igual manera lo hacía horas antes la secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, cuando en rueda de prensa le preguntaban también sobre su postura y ella decía que hablaría una vez que se hubiera aprobado la ley y -puntualizaba- siempre como secretaria de su partido, haciendo referencia a que su opinión personal no la mostraría. Eso sí, la presidenta de Castilla-La Mancha ha reconocido que ante la futura reforma de la ley del aborto el PP aún no ha fijado una estrategia, pues ni siquiera ha habido reuniones internas, dado que el Gobierno aún no ha dado a conocer el texto del proyecto.
El objetivo de Gallardón con esta ley era modificar la ley auspiciada por el Ejecutivo de Zapatero en 2010 -que permitía a las menores de 16 años abortar sin el consentimiento paterno- y volver a la norma aprobada en los años ochenta, la de los tres supuestos: riesgo grave para la salud física o psíquica de la mujer, violación o malformaciones del feto. Pero el titular de Justicia ha ido más allá y ha anunciado su voluntad de anular este último apartado. Esta declaración de intenciones es la que ha generado fuertes controversias entre sus propios compañeros, hasta el punto de que el portavoz adjunto popular, Rafael Hernando, aseguraba que esta idea era "una reflexión personal" de Gallardón y que la legislación de los supuestos había funcionado bastante bien. Su jefe en la Cámara Baja, Alfonso Alonso, decía que esa opción "está abierta" y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, optó por no mojarse. Quien tampoco quiso pronunciarse sobre esta cuestión fue el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, pero ante su negativa a opinar dejó una de sus perlas: "El aborto no tiene mucho que ver con ETA; bueno, quizá algo pero no demasiado".
Las discrepancias llegan a tal punto que el PP se está planteando aparcar la reforma hasta la segunda mitad de la legislatura.