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El misterio de Carey Mulligan
La británica se enfrenta al papel más difícil de su vida: el de Daisy Buchanan en 'El gran Gatsby', una princesa de hiel en la era del jazz
MADRID Actualizado: GuardarNuestra cita es en una suite del Claridge’s, uno de los más emblemáticos hoteles de Londres. El decorado de la entrevista, en un recargado art decó, es perfecto para evocar la América de los dorados años 20 que antecedieron al crack económico. Es decir, a aquellos templos de superficialidad y exhibicionismo, donde el culto a la belleza y al dinero eran el sacrosanto motor de la vida. Sonriendo desde un sofá barroco, como elemento menos sofisticado y a la vez más luminoso del conjunto, se encuentra Carey Mulligan, la joven actriz británica cuya personalidad es diatralmente opuesta a la de su personaje.
Poco queda en su cara lavada de la endiosada máscara de Daisy Buchanan, el esquivo amor de “El gran Gatsby” (en cines, desde el 17 de mayo). Para hacerse con el papel, dicen que tuvo que desbancar a Blake Lively, Natalie Portman y Michelle Williams. ¿Con qué armas? Una frivolidad hiperfemenina e indolente, que no tiene nada que ver con los personajes masculinos que solía interpretar de adolescente en su internado de señoritas (donde los hombres, es obvio, escaseaban). (Más información en MujerHoy.com)