Bendita 'Messidependencia'

Aunque los planes de futuro inmediato del Barcelona pasan por limitar la 'Messidependencia', añadir amenazas ofensivas para los rivales con el objetivo de tener más variantes con Leo en el campo y sufrir menos las posibles ausencias por lesión o por descanso del argentino, como ha sucedido tras su percance muscular en Europa, será difícil mejorar la fórmula actual. Individualista o no, dictatorial respecto a sus compañeros de ataque o no, cuestiones que dependen del color de la camiseta de quien le juzga, lo cierto es que el argentino ha protagonizado otra Liga sublime que ha sido clave para que su equipo conquiste el título.

Sus 28 goles en la primera vuelta propiciaron que el Barça adquiriera una ventaja definitiva sobre sus rivales. Su ritmo era de 56, lo que hubiera mejorado su récord de 50 establecido en el pasado curso, el mejor Pichichi y Bota de Oro de la historia, aunque perdió esa Liga. Y aunque se 'humanizó' en el inicio de la segunda vuelta, si se recupera bien de su percance muscular todavía tiene a tiro superar el medio centenar. Y el 'humanizó' precisa un entrecomillado porque Messi no dejó de marcar, sólo bigoleó menos y se olvidó de encadenar 'hat tricks'. Pero aunque fuera de uno en uno estableció otro registro estratosférico: 19 jornadas seguidas celebrando goles, una vuelta entera perforando la portería de todos los rivales de Primera. Tras no poder marcar contra el Celta en el Camp Nou el día que más quería hacerlo para dedicar un gol a su primer hijo, Thiago, nacido dos días antes, encadenó 19 partidos seguidos de Liga viendo puerta, cerrando su ciclo precisamente en Vigo antes de lesionarse en París y verse obligado a descansar.

Periódicamente se opina que el Barça necesita un '9' clásico porque el sistema del 'falso 9', el sistema ideado por Pep Guardiola y Tito Vilanova para explotar las cualidades de Messi, es a veces previsible y algunos rivales importantes, como el Madrid, ya saben de memoria como enjaular al argentino fuera del área. Seguramente no les falta razón a los que así piensan, pero para ganar el título más importante, el que premia la regularidad, Leo ha vuelto a ser decisivo sin un ariete grande por delante.