Turquía: Matanza en Reyhanli
Un vistazo a un mapa traduce la muy probable relación con la crisis siria del doble atentado con coches bomba de hoy en la ciudad turca
Actualizado: GuardarUn modesto vistazo a un mapa traduce la muy probable relación con la crisis siria del doble atentado con coches-bomba de hoy en la ciudad turca de Reyhanli (cuarenta muertos y docenas de heridos en el momento de escribir). Ciudad fronteriza, de unos sesenta mil habitantes y junto a un gran campo de refugiados sirios, es vecina de la provincia y ciudad sirias de Idlib, un área crucial en la guerra.
Sin embargo, y por razones de razonable prudencia, los portavoces sirios, empezando por el primer ministro Erdogan, no han endosado a nadie en particular la autoría de la matanza, aunque todo el mundo estima, naturalmente, pero sin correr el menor riesgo, que la elección de Reyhanli no es casual.
Mientras el ministro de Exteriores, Ahmet Davutoglu, en el extranjero, se mostraba deliberadamente vago y solo garantizaba que su gobierno “tomará todas las medidas que juzgue necesarias”, el primer ministro hizo una notable alusión a la posibilidad de que el episodio tuviera alguna relación con el proceso de pacificación con la resistencia kurda, el gran empeño político de su mandato, aunque en una segunda contribución pareció retener más bien la hipótesis del contexto sirio.
Refugiados, crisis, escenario interno
Turquía intentó con gran energía mediar en la crisis y al más alto nivel presentó en su día en Damasco un plan meticuloso, realista y hacedero… cuando aún era posible ejecutarlo porque la revuelta no había alcanzado el nivel de guerra civil de hoy, el factor militar yihadista era prácticamente inexistente y la relación bilateral era privilegiada tras años de tensiones.
Al-Assad, y así lo escribimos entonces, perdió la ocasión de oro que representaba el plan y se hizo un adversario temible en la persona de Recep Tayyip Erdogan quien pasa por ser hombre de temperamento y se sintió desairado. Ankara cambió de registro, retiró a su embajador y se pasó abiertamente al campo de la oposición que ha celebrado en Estambul varias de sus reuniones cruciales y en su suelo atiende con eficacia a unos 300.000 refugiados sirios. De hecho, Turquía, con Qatar y Arabia Saudí, es el primer proveedor de ayuda material a la resistencia y su papel es central en la crisis.
El régimen sirio lo sabe muy bien y es difícil imaginárselo cometiendo un error tan crudo como matar a 40 personas delante del ayuntamiento de una ciudad turca. Es, pues, razonable la generalidad de las explicaciones turcas, no es un absurdo evocar la hipótesis kurda ni tampoco la de una provocación. Por lo demás, y esto es capital, Erdogan sabe muy que la oposición le rehusó en el parlamento los plenos poderes que solicitó un día al efecto y que un tercio más o menos de su población es aleví (incluido el líder opositor, Kemal Kiliçdaroglu), es decir de la misma rama del islam que los alauíes sirios, entre ellos el presidente Assad. Todo el mundo hace bien, pues, en esperar antes de ser categórico…