Nadal devora a Youzhny
El balear, con más ritmo e iniciativa que en su debut, venció al ruso por 6-2 y 6-3
MADRID Actualizado: GuardarEn poco más de una hora, Rafa Nadal alcanzó los cuartos de final del Masters 1.000 de Madrid gracias a una victoria revitalizante y relativamente fácil. Un partido que empieza prácticamente a la perfección, que se complica a mediados del segundo parcial, pero que resuelve sin problemas. «Hacemos lo que podemos», explica el balear al finalizar el duelo. Y así, haciendo lo que le deja la rodilla, sin estar plenamente recuperado, gana por 6-2 y 6-3 al ruso Mikhail Youzhny.
Desde el comienzo del encuentro una ligera brisa recorre la central de la Caja Mágica. Pronto se ve que Nadal no quiere sorpresas y que tiene ganas de hacer disfrutar a la grada. Comienza muy metido en la pista, mandando desde la línea de fondo, y eso se traduce en una temprana rotura de servicio que le pone 2-1 a su favor. Muy cómodo sobre la línea de fondo, además de mandar con su derecha, Nadal se atreve con el revés paralelo.
En la pista Manolo Santana no hay cambio de pista en el que no atruene la música ni cambio de lado en el que los ocupantes de los palcos estén en su sitio y el juego pueda comenzar con normalidad. Después de que Sergio Ramos se lleve la segunda gran ovación del día a su entrada, ya en el ecuador del primer acto el balear vuelve a romper el servicio de su rival. Los cortados de Youzhny, con el que intenta cortar el ritmo del español, son contrarrestados por latigazos. Por eso el de Manacor se hace con la primera manga.
El ritmo del ruso le viene perfecto al manacorense. Le permite pegar en el sitio y sentir la bola. Ya en el segundo acto, con 3-1, un fallo del juez de silla y del línea tras un servicio de Youzhny que se va claramente fuera descentra a Nadal . Pasa de tener dos bolas de 'break' para ponerse 4-1 a su favor al 3-3. Y es a partir de esos momentos cuando empieza a ofrecer gestos visibles de molestias físicas. Sus golpes empiezan a no ser tan profundos y Youzhny parece creérselo. Aun así, el número cinco del mundo levanta uno de esos puntos imposibles que suele hacer y le devuelve la rotura de servicio a su rival. Finalmente Nadal pone la directa y termina devorando al ruso.