«Si no hubiera sido actor, mi vida hubiera sido un desastre»
Uno de los actores más populares del cine español,con más de 130 películas y una personalidad única, dice adiós a su profesión. Y está encantado
MÁLAGA Actualizado: GuardarQuiere despedirse por todo lo alto. Y el Festival de Málaga-Cine Español es el lugar elegido por Alfredo Landa para decir adiós a la gran pantalla tras más de cuarenta años y 130 películas. El intérprete, que dio nombre a un género cinematográfico, el 'landismo', está orgulloso de las cintas de los años 60 y 70. «Me parece maravilloso que una película sea una 'españolada'», puntualiza Alfredo Landa.
¿No sé si se esperaba que le dieran el Premio Especial del X Festival de Málaga-Cine Español?
Ha sido una sorpresa muy agradable, porque uno se va haciendo mayor y esto es un reconocimiento a una trayectoria, al rebufo que uno ha dejado, que parece que es bueno.
Pero pocos actores pueden decir que tienen en su haber más de 130 películas
Y, además, en 120 de ellas he sido el protagonista; lo que tiene más mérito.
Su apellido ha servido para denominar una serie de títulos cómicos y de enredo bajo la denominación 'landismo'. ¿Está orgulloso de ello?
Claro, porque instituir un género cinematográfico como el 'landismo' no lo ha hecho nadie. Y yo estoy orgullosísimo. Algunos lo han tomado en términos peyorativos, pero no les hago ni caso.
¿Y cómo le sienta que digan que las películas de esa época eran unas 'españoladas'?
Lo de españolada es según el matiz y el enfoque que se le dé. Pero lo de que una película sea una españolada, me parece maravilloso.
Su papel con el que triunfaba era el de 'anti-héroe', ¿le gusta que denominasen así?
Totalmente de acuerdo. Con mi feura y mi figura física no puedo ser nunca un héroe. Soy un anti-héroe.
Aunque después del 'landismo' demostró que puede hacer papeles de todo tipo.
Cuando se me da la oportunidad de hacer papeles y películas distintas, cierto mérito lo puedo tener yo como intérprete, pero más mérito han tenido los que han visto en mí que yo podía hacer aquello y que me han ofrecido la oportunidad para hacerlo.
Buenas relaciones
Usted ha trabajado con lo mejores y con algunos casi ha tenido un 'matrimonio' profesional, como el caso de Garci o Cuerda.
Sí, con Garci, menos casarnos, no nos queda nada ya. Con José Luis tengo y he tenido una gran amistad, eso que ahora llaman 'feeling'. Aunque con todos los directores gracias a Dios me he llevado muy bien.
Alguna vez ya dicho que le gustaría seguir sobre los escenarios todo el tiempo que pueda.
No, no, no. Creo que la divina providencia me ha puesto en el trance de que el premio de Málaga va a ser mi despedida. Las cosas no hay que apurarlas y es de sabios saber cuándo hay que dar ese paso; así que creo que Málaga va a ser mi despedida maravillosa, alegre y triunfal.
¿Y qué va a hacer el cine sin usted?
Seguirá el camino que tiene que seguir. Vendrán otros que lo harán todavía mejor, y el cine seguirá, porque eso es un arma que tenemos en la vida.
¿Pero no hará televisión o algún 'cameo' en el cine?
No, creo. Aunque nunca se puede decir de esta agua no beberé, porque la vida da muchas vueltas, y luego puedes tener mucha sed. Pero teóricamente, no.
¿Entonces la película de José Luis Garci 'Luz de domingo', que se estrena en los próximos meses, será su última cinta?
Sí, creo que será mi última película, pero es muy difícil aventurar ahora que esto sea tajante.
Lo único que le queda por hacer es dirigir, ¿se lo ha planteado?
No me llama la atención para nada. Me han ofrecido más de una vez dirigir, pero soy consciente de que no sé. Sé interpretar, pero dirigir son palabras mayores. No sé que no sé y que para no hacerlo bien
¿No le da pena retirarse ahora que lleva unos años escogiendo los papeles que hace?
Pena relativa. Eso de que ahora puedo elegir es relativo, porque a medida que pasan los años, cada vez hay menos papeles. Se escribe menos para la gente mayor, lo que es lógico y ley de vida. De hecho, James Steward decía que a partir de los 60 años el actor estaba prácticamente desahuciado. Todo tiene la decadencia, porque la vida te va quitando cosas.
Sin espinas clavadas
Así que antes de que lo echen se va usted por la puerta grande
Exactamente, porque lo de morir con las botas puestas encima de un escenario o haciendo una sesión en una película no va conmigo.
¿En estos más de 40 años de carrera se le ha quedado alguna espinita clavada?
No, porque siempre he hecho lo que he querido con quien he querido. Soy un privilegiado porque he hecho lo que me ha dado la gana y eso vale mucho.
Si no le queda ninguna espinita es que le ha llegado el papel de su vida, ¿cuál ha sido?
El papel de mi vida ha sido el rebufo que he dejado en la profesión. Eso es lo bueno, el que todo el mundo teóricamente hable bien de mí, me considere y me respete.
Usted que lleva tantos años en la profesión, ¿cómo ha visto la evolución del cine español y cómo es en la actualidad?
Lo veo muy mal. Desde mi punto de vista creo que no hay ingenio, creatividad, que se han perdido los valores, la gracia, en este país se ha perdido la gracia. Decíamos y es verdad, que éramos un pueblo intuitivo que nos gustaba mucho improvisar, pero para improvisar hace falta mucho talento, y ese talento creativo que tiene que anidar en el cine se ha perdido.
¿Y usted ha notado la crisis de la que tanto se habla?
El cine ha estado en crisis toda la vida. Oigo a gente que ha vivido en los tiempos de María Guerrero, por decirlo de alguna forma, y se hablaba también de crisis del teatro. El cine, el teatro y todo lo creativo tiene sus altibajos, qué le vamos a hacer.