Un año negro para el cine español

El cine español lleva un año especialmente doloroso. Alfredo Landa, uno de los actores más representativos de nuestro país, ha fallecido. El intérprete navarro se ha ido justo dos meses después de cumplir 80 años. Con su desaparición, la industria del celuloide se queda aún más huérfana si cabe.

Y es que solo en los últimos cinco meses, el séptimo arte ha perdido a algunos de sus intérpretes más valiosos. El 14 de enero fallecía a los 80 años Fernando Guillén. Actor de cine, teatro y televisión y especialista en doblaje, es padre de los también actores Fernando, Natalia y Cayetana Guillén Cuervo. El pasado 5 de febrero nos dejaba Joan Dalmau. 'Los ojos de Julia', una película de terror protagonizada por Belén Rueda, fue la última cinta en la que participó el veterano actor que falleció con 85 años. El gran Pepe Sancho, un actor de carácter tanto dentro como fuera de la pantalla, fallecía el 3 de marzo en la Fundación Instituto Valenciano de Oncología, víctima de un cáncer de pulmón a los 68 años de edad.

Abril fue un mes especialmente doloroso. El cineasta Jesús Franco, conocido por sus fieles como Jess Franco, fallecía el 2 de abril a los 82 años y con alrededor de 200 películas en su haber. Solo cuatro días más tarde, otro director, el catalán Bigas Luna, autor de cintass como 'Huevos de oro' o 'Jamón, Jamón', fallecía, víctima de un cáncer, a los 67 años. Sara Montiel, la primera actriz española que triunfó en Hollywood, protagonista de películas como 'El último cuplé', fallecía el 8 de abril a los 85 años.

La muerte de Paco Valladares y Pepe Rubio en marzo de 2012 iniciaron también un año durísimo para el séptimo arte español. Juan Luis Galiardo falleció en junio, Paco Morán, en julio; en agosto, se fueron Carlos Larrañaga y Sancho Gracia. Y ya en noviembre, desapareció el carismático Tony Leblanc.