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Nadal se impone a Paire a pesar de la rodilla

El balear, que reconoció que sigue con problemas en su articulación, venció sin muchas problemas al francés en su debut en Madrid

MADRID Actualizado: Guardar
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Después de terminar el partido, Rafa Nadal se sienta en la sala de prensa y se sincera: «Soy honesto. No me siento totalmente cómodo en mi rodilla». Eso lo dice después de ganar por 6-3 y 6-4 al francés Benoit Paire y de explicar que este año cada victoria es importante y significa mucho para él. «Mi única ansiedad es estar físicamente bien», comenta el balear. Todo eso ocurre tras jugar uno de esos partidos enredosos ante un tenista que no da ritmo y que te hace jugar mal. «He empezado cómodo y después el partido se ha ensuciado», resume el manacorense.

Un día en el que se pasa de los silbidos a Djokovic a última hora del martes al éxtasis. La chiquillada que ocupa la parte alta de la pista central de la Caja Mágica aclama a su héroe deportivo. Rafa Nadal está en pista. Es decir, el Masters de Madrid, que concentra a los mejores del mundo, comienza para muchos de los aficionados este miércoles. Los puntos que gana el balear por mérito suyo se aclaman; los que falla Paire también se aplauden. No es el habitual público tenístico, más señorial. Se trata de una afición mucho más ruidosa, más futbolera. Unos seguidores que ven cómo el número cinco del mundo se mete en octavos de final.

Con la mejor entrada hasta el momento, Nadal no quiere sorpresas. El partido se diluye según pasan los juegos y el balear va generando oportunidades de rotura. Hasta el sexto juego, donde consigue quebrar el servicio de Paire, el set tiene un mínimo de tensión. Algo que desaparece a partir de ese momento. Poco después el público rompe con el «¡Rafa, Rafa!» habitual mientras que el juez de silla contesta dando un aviso al de Manacor por emplear demasiado tiempo entre punto y punto.

Nadal intenta cubrirse con su derecha al mismo tiempo que Paire se tapa curiosamente con su revés. Desde los primeros puntos del encuentro el francés demuestra su peculiar forma de jugar. El galo es de esos jugadores diferentes al resto. Anárquico y con mucha mano, le falta consistencia desde la línea de fondo y le sobra imaginación. Muy pronto descubre que las dejadas sorprendían al manacorense. «Paire es un jugador que te corta el ritmo en todo momento», analiza el número cinco del mundo.

Su juego discontinuo nubla a sus rivales. No a Nadal, que después de hacerse con la primera manga, y de salvar dos bolas de rotura al inicio de la segunda, llega una vez más al momento decisivo del parcial, al 4-4, y rinde a la perfección. Así, sin ceder su servicio, se mete en octavos, y espera al ganador del Youzhny-Almagro.