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La Audiencia Provincial de Palma rechazó la imputación de la infanta Cristina, acordada por el juez Castro y recurrida por la defensa de la esposa de Iñaki Urdangarin

MADRID Actualizado: Guardar
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La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma rechazó la imputación de la infanta Cristina, acordada por el juez Castro y recurrida por la defensa de la esposa de Iñaki Urdangarin, asumida como es conocido por el bufete de Miquel Roca. Todo en este asunto es singular –también lo fue el desmesurado auto con que Castro justificaba la imputación, basada en una acumulación de indicios- pero la Audiencia ha hecho lo insólito en estos casos: desautorizar la decisión jurisdiccional del juez en un trámite previo a la acusación formal. La infanta no será imputada a pesar de que su indemnidad no peligraba: la imputación no es más que un llamamiento a declarar con asistencia de letrado.

Desde el punto de vista político, es dudoso que, como se ha dicho, la imputación de la hija del Rey perjudicase a la Corona: más bien hubiera contribuido a demostrar que la Justicia es igual para todos, un axioma que ha quedado debilitado y en precario al haber quedado la infanta Cristina completamente al margen del proceso. A fin de cuentas, la existencia de una implicación objetiva de la esposa de Iñaki Urdangarin no era dudosa: fue socia de Noos, Participó en Aizóon, su nombre su invocado para promover los dudosos negocios de su marido. Y aunque una parte en apariencia relevante de la opinión jurídica cree que no hay base para la inculpación, existe una cierta simetría entre la infanta y la esposa de Diego Torres (socio de Urdangarin), imputada desde el primer momento, y parece evidente que el sobreseimiento o la absolución hubiesen tenido efectos mucho más intensos que la exoneración desde el primer momento.

La no imputación de la infanta no desvirtúa, en cualquier caso, el magnífico papel del instructor, que ha realizado un difícil trabajo de desentrañamiento en un caso de cuya resolución transparente dependen tanto el crédito de la Justicia cuanto la imagen de la Corona, cuyo primer interés debe ser aclarar hasta las últimas consecuencias el ‘caso Urdangarin’ para señalar con claridad los límites de la contaminación.