Amalia de Orange, una heredera oculta hasta 2021
Los reyes de Holanda ya han anunciado que preservarán la intimidad de su primogénita, que no volverá a participar en un acto público hasta que alcance la mayoría de edad
MADRID Actualizado: GuardarGuillermo Alejandro es rey, pero también es padre. Con 13 años se convirtió, con la abdicación de su abuela Juliana, en heredero al trono de los Países Bajos. Eran otros tiempos, en los que no existía la presión a la que algunos medios del papel couché someten a reyes, reinas, príncipes y princesas sin distinguir entre parcela pública y privada, sin tener en cuenta la edad del sometido. A los niños de palacio se les ha visto nacer y crecer. Y siempre sin rostros sin pixelar. Es el precio de ser hijos de la corona a la que representan. Cada Casa Real mantiene un pacto, escrito o no, con la prensa para, en la medida de lo posible, preservar la intimidad de los más pequeños. En España, por ejemplo, es habitual que los Príncipes de Asturias se dejen fotografiar con las infantas Leonor y Sofía dos o tres veces al año. En 2012, por ejemplo, se vio a las niñas en un par de ocasiones en Palma (misa de Domingo de Resurrección e inicio de las vacaciones), el primer día de colegio, de visita al hospital para ver al abuelo y a la entrada del teatro con su abuela y primos en Navidad para seguir la representación de un musical. En Holanda el acuerdo consiste en no publicar ninguna instantánea de las pequeñas princesas a cambio de tres posados; un pacto suscrito en 2005 y que hace solo unos días rompió una revista al sacar a la luz una fotografía de la princesa Amalia en un partido de hockey. La broma podría costar cara a la publicación, dado que será el propio Gobierno el que tome cartas en el asunto y lleve a juicio a la dirección de la revista.
Y con estos precedentes, conscientes de que para el núcleo familiar ya nada volverá a ser igual desde que Guillermo Alejandro accedió esta semana al trono de los Países Bajos, los ahora reyes ya han anunciado que quieren para la futura monarca una vida alejada de los medios; una vida normal, dentro de la normalidad que puede tener nacer, creer y educarse en Palacio para, llegado el día, colocarse una capa de armiño y mantener una tradición de siglos. Quieren Guillermo y Máxima que Amalia sea niña y adolescente, alejarla de la responsabilidad del peso de la corona; que crezca feliz junto a sus hermanas, sin que haya distinción para ellas porque una heredará un trono y las otras dos, Alexia y Ariane, una vida a la sombra de la reina.
Así pues, salvo los posados ya pactados, Amalia, que en la coronación de su padre tuvo papel protagonista al encabezar, de la mano de sus hermanas, la comitiva que condujo a la Familia Real desde palacio hasta la Catedral Nueva, no volverá a participar en ningún acto público como heredera de la Corona hasta que cumpla los 18 años. Hasta entonces, continuará con su formación en el mismo colegio público que hasta ahora y practicando sus tres deportes favoritos: hípica, judo y hockey, como se destaca en su perfil de la web de la Casa Real holandesa. La heredera más joven del viejo continente, a sus nueve años (en el otro lado de la balanza se encuentra el eterno aspirante Carlos de Inglaterra), se desenvuelve con soltura en holandés, inglés y español.
Con una princesa heredera menor de edad, que no puede representar a la Corona en determinados actos, Guillermo Alejandro parece que ha encontrado en su hermano Constantino su mejor apoyo. Será él y su esposa, Laurentien, quienes asuman ahora las labores que les encomiende el flamante rey hasta que Amalia sople 18 velas. De hecho, la llegada al trono del nuevo monarca ha modificado la línea de sucesión, no solo en los primeros puestos, sino que de ella sale la hermana de la hoy princesa Beatriz de Holanda, Margarita, que hasta ahora era un pilar en el que se sustentaba la reina. Dicho de otro modo, se ha formado una nueva Familia Real, compuesta por los reyes, sus tres hijas y el príncipe Constantino. Serán ellos, y Beatriz, quienes tengan asignación directa del Gobierno. La ausencia de Friso como miembro de la Familia Real no obedece a su delicado estado de salud, en coma desde hace más de un año, sino que el segundo hijo de Beatriz y Klaus se vio apartado de sus derechos dinásticos al casarse, sin autorización del Parlamento, con Mabel.