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Tito Vilanova transmite ilusión para el futuro y para el presente

«Me siento con fuerzas para seguir la próxima temporada», aseguró en su reaparición antes los medios, avisando: «No me apetece tirar la toalla ante el Bayern»

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Decidido, valiente para abordar todos los temas que se le plantearon, incluso los personales, convincente, sonriente, seguro de sí mismo, optimista… Tito Vilanova compareció por primera vez ante los medios de comunicación desde que fue operado a finales de diciembre del tumor que se le reprodujo en la glándula parótida. La enfermedad y los más de dos meses de tratamiento en Nueva York no han cambiado el ánimo del entrenador del Barça. Solo han alterado levemente su físico, con las lógicas secuelas de lo sufrido, y su tono de voz, más ronco que antaño por la zona dañada. Pero Tito mantiene intacta su energía y transmite los mensajes como antes: de forma directa y concisa, con respuestas breves por la duración, pero cargadas de palabras que casi se pisan las unas a las otras, sin pausas. Criticado incluso en sus circunstancias por ceder la rueda de prensa a Jordi Roura tras la debacle en Múnich, antes de viajar a Bilbao dio la cara y aclaró: «No he venido antes porque el tratamiento tenía efectos secundarios y no sabía si podía aguantar tanto tiempo hablando, pero me alegro de que las críticas hayan tardado tanto en llegar y me encuentro muy bien tras el proceso que he pasado. Me siento cada día mejor. Tenía ganas de entrenar y de estar sentado en esta sala de prensa». Lo demostró durante 40 minutos sin desperdicio.

«Me siento con fuerzas y con ganas de seguir la próxima temporada. En ningún momento he pensado en dejarlo. Esta es mi vida y no siento ninguna presión. Me aburro cuando tengo dos días libres», explicó Tito Vilanova, que ya había sido ratificado en el cargo el día anterior por el vicepresidente deportivo, Josep Maria Bartomeu. Incluso matizó: «Aunque había un problema de distancia, en Nueva York he estado al día, tratando de ayudar en todo y en contacto con los jugadores gracias a las nuevas tecnologías. Si no hubiese estado allí, habría trabajado aquí porque me encontraba bien. Paseaba, iba a museos, al baloncesto… Mi trabajo es mi distracción».

Una vez descrito su estado de salud, deportivamente afirmó que no descarta remontar el 4-0 de Múnich en el Camp Nou en la vuelta de semifinales: «No me apetece tirar la toalla. Somos el Barça y jugamos en casa. No sería creíble decir que vamos a remontar, pero nuestra obligación es competir y ser capaces de ganar. Igual marcamos dos goles en la primera parte y no sabemos qué pasará después. El Bayern creó un gran clima con su afición y a ver si nosotros lo repetimos. Para remontar te lo tienes que creer. Cuando pierdes, el primer día estás fatal, pero con el paso de los días lo ves todo desde otra perspectiva y ves que fue un accidente». Para argumentarlo, señaló: «Los dos primeros goles del Bayern llegaron de córner. Ellos tenían jugadores de 1,90 metros y nosotros no los tenemos porque no es nuestra forma de jugar, pero en estrategia el balance de goles a favor y en contra en los últimos años sería positivo. De lo que se trata no es de fichar para defender, sino de no ceder los saques de esquina».

Con la mente todavía en el Allianz Arena, justificó el hecho de solo hacer un cambio y en el minuto 83 con 4-0 (Villa por Pedro): «No siempre hacemos los tres cambios. Lo hablamos y lo decidimos así, pero no creo que haga falta que vuelva a decir lo que confío en los jugadores que estaban en el banquillo, como Cesc». Y no estuvo de acuerdo con las acusaciones de agotamiento en el plantilla. «Se habla de eso por el 4-0, pero no existe ese cansancio. Este equipo es muy bueno con su forma de jugar y yo creo que la afición está contenta con este estilo, pero claro que puedes tener un mal día, que lleguen mejor ellos, que tengas varios lesionados... pero intentaremos demostrar en la vuelta que no hay tanta diferencia. Merecimos perder, pero no por cuatro goles. Y más después de verlos…», comentó, con una tímida referencia al arbitraje.

Sin contacto con Guardiola

Con esos argumentos, estaba claro que Tito Vilanova iba a rechazar el concepto de ‘fin de ciclo’. «Lo dicen continuamente, sí, pero no creo que haya un fin de ciclo. En la alta competición, como la Liga o la Liga de Campeones, ganar siempre es muy difícil. El Barça lo consiguió durante tres años, pero en el pasado no conquistamos ninguno de los dos títulos. Si este año levantamos la Liga, serán cuatro en cinco años y estamos en la sexta semifinal consecutiva. Esto va a ser irrepetible», comentó el de Bellcaire de l’Empordà. En ese sentido no ocultó, ante el primer asalto a la Liga en San Mamés: «En una competición contra el Madrid siempre quiero ganar el título lo antes posible».

El entrenador azulgrana no se enfadó cuando le comentaron si el Barça acusa ‘Messidependencia’. Es más. Aceptó el término: «Dependencia la hemos tenido siempre. Es el mejor del mundo y el que más goles marca. Ojalá dependamos de él durante muchos años, pero no creo que hayamos notado su falta. En tres partidos de Liga marcamos nueve goles y no encajamos ninguno». Tito no quiso hablar del ‘plan renove’ de la plantilla: «No sería bueno ahora hablar de altas y bajas porque queda una parte importante de la temporada. Además, traemos jugadores y no siempre se adaptan a este club. Tenemos la base de la selección y al mejor jugador del mundo. ¿Abidal y Valdés? La de Éric es una situación especial y hay que ver cómo se recupera de los esfuerzos. Y Víctor dijo que no renovaría en 2014, no que se iría en 2013. Por su actitud en los entrenamientos, no creo que se vaya antes del final de su contrato».

Tito Vilanova, abierto a hablar de todos los temas, incluso reconoció que su relación con Pep Guardiola no pasa por un buen momento. «Somos íntimos desde pequeños, pero con la distancia las relaciones se enfrían», apuntó, pese a que coincidieron en Nueva York durante dos meses. No hubo contacto.