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Italia: El 'Gobierno Napolitano'

El próximo ejecutivo italiano será bautizado, según la costumbre, con el nombre de su jefe, el primer ministro

MADRID Actualizado: Guardar
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El próximo ejecutivo italiano será bautizado, según la costumbre, con el nombre de su jefe, el primer ministro, de modo que el que hoy empieza a ser formado será el gobierno Letta, pues Enrico Letta, del “Partido Democrático” fue encargado de constituirlo. Pero hay en el ambiente algo que permitirá llamarle el gobierno Napolitano.

La razón es que nunca en los anales de la República trasalpina ha sido tan determinante el papel del presidente, ahora Giorgio Napolitano, como hoy. Se hizo reelegir, algo sin precedentes, con el aval de todo el espectro político (salvo las “Cinco Estrellas” de Beppe Grillo) y tras pronunciar el lunes un discurso de censura a la clase política que cautivó al público, se supo con margen de autonomía suficiente para reordenar el escenario político.

En el mencionado discurso, Napolitano cuestionó la validez de buena parte de la Constitución vigente, sobre todo en su segunda parte, y prácticamente le dio el programa al gobierno, de necesaria concentración, al enfatizar la necesidad imperiosa de revisar todo lo relativo a trabajo, coste de la política, hacienda y, con toda claridad, cambio de arriba abajo de la ley electoral, responsable con sus “pluses” a las mayorías en busca de una pretendida estabilidad, del bloqueo institucional en curso.

Enrico Letta

El escogido, un hombre joven – 47 años escasos – pero con larga experiencia política, es el número dos del dimisionario jefe del Partido Democrático (centro-izquierda), Pierluigi Bersani. En gobiernos dirigidos por el PD (los del “Olivo” de Romano Prodi en particular) ocupó ministerios de relieve siempre en las áreas de economía y derecho, como corresponde a su formación y fue diputado en Roma, pero también europarlamentario y hay que subrayar que su puesto político clave, en el que conoció desde dentro eso que se llama “el poder”, fue el de Subsecretario de la Presidencia del Consejo con Prodi, es decir, su mano derecha.

Letta es un distinguido miembro de la Trilateral y del Grupo Bilderberg, es decir, de foros pro-americanos y liberales y algo así como un socialdemócrata-liberal que ya no tiene apenas nada que ver con la generación que, bajo la batuta del poderoso Partido Comunista, representó a la izquierda institucional. De ahí procede el “Partido Democrático” y en los gobiernos que siguieron al desastre del socialista Bettino Craxi y la oleada de corrupción, se entrenó el jovencísimo Letta… a no confundir con Gianni Letta, tío suyo, pero hombre de Berlusconi, de quien fue subsecretario de la presidencia del gobierno. Gusto familiar, por lo visto…

Debe formar ahora un gobierno de concentración nacional, es decir con el PD, el PdL de Berlusconi y la “Elección Cívica” de Mario Monti que, oficiosamente representa ahora a la antes omnipresente Democracia Cristiana, que debe estar en algún sitio. Solo “Ecología y Libertad”, compañero electoral de viaje del PD y, desde luego, las “Cinco Estrellas” de Grillo se quedan fuera.

La “refundación” nacional

El gobierno mestizo será una mezcla de políticos, empezando por su jefe, y técnicos, de modo que economistas o juristas sin partido estarán en el o, como podría ocurrir con algunos de los presentes, tal la ministra del Interior, Annamaría Cancellieri, podrían quedarse. El propio Mario Monti tal vez se quede también, aunque iría a Exteriores. Tendrá menos ministros que de ordinario, tal vez una docena y uno o dos viceprimeros ministros, puestos reservados a los otros socios, lo que dará a Angelino Alfano, fidelísimo berlusconiano, un puesto clave y seguro en el ejecutivo.

Berlusconi, un poco misteriosamente, ha pedido que sea un gobierno fuerte y duradero, una anotación que tal vez tenga alguna relación cronológica con su propio tempo judicial y su duración, en realidad, no debería exceder del tiempo necesario para aplicar el programa mencionado, hacerlo aprobar adecuadamente y dejar la Hacienda saneada, lo que ya la gestión de Monti ha encarrilado en su dimensión financiera. Entonces, tal vez un par de años, dimisión… y nuevas elecciones.

Tales elecciones se desarrollarán bajo la nueva legislación electoral. Este punto es de importancia central y, de hecho, Napolitano le dedicó varios párrafos en su mensaje del lunes calificando de imperdonable que la Ley de 2005 siga vigente. Letta parece un hombre del todo adecuado para el momento y cuenta de entrada con una baza importante: ha sido casi ungido (frente a otro candidato de peso, Giuliano Amato) por Napolitano que es, el hombre del día… a sus 87 años…