Montoro anuncia que no se va a «relajar» la reducción del déficit público estructural
Pero reconoce que hay que acomodarlo a un “escenario económico más negativo” de lo previsto
MADRID Actualizado: GuardarEl ministro de Hacienda. Cristóbal Montoro, aseguró hoy que el Gobierno español no se va a relajar en la reducción del déficit público, aunque reconoció que habrá que acomodarlo a “un escenario económico más negativo del que en principio se estableció”. Precisamente, el ministro de Economía, Luis de Guindos, en una entrevista con el diario Wall Street Journal, ha rectificado sus previsiones y ahora habla de una caída del PIB entre el 1% y el 1,5% en lugar del 0,5% de decrecimiento previsto en los presupuestos generales del Estado.
Con un escenario donde el Producto Interior Bruto (PIB) va a ser menor del esperado y partiendo de un cierre del déficit público en 2012 superior al anunciado (la oficina estadística europea Eurostat lo situó hoy en el 6,98% que, con las ayudas a la banca, sube hasta el 10,6%, el más alto de la UE), España necesita que Bruselas abra la mano en los objetivos de déficit para este año y probablemente el próximo. Por eso, se da prácticamente por hecho que del 4,5% de déficit exigido inicialmente, la Comisión Europea permitirá llevarlo hasta el 5,5%. Sin embargo, el ministro de Hacienda quiso que se “erradicara” el término relajar porque eso es “lo último que hay que hacer” si se quiere salir de la crisis. Durante su intervención en el XX Encuentro del sector financiero organizado por el diario ABC y Deloitte, Montoro, afirmó: “No vamos a tener ningún relajamiento, lo que tenemos que hacer es reducir el déficit estructural con la misma intensidad”. Y lo dice en la semana en que el Consejo de Ministros aprobará el nuevo plan de reformas y el nuevo cuadro macroeconómico que enviará a Bruselas.
Claro que el responsable de las cuentas del Estado juega con el doble enfoque del déficit público. Es compatible permitir un déficit nominal superior al 4,5% y reducir el déficit estructural. Este último es el que se registra sin tener en cuenta el ciclo económico. Precisamente dos de las principales partidas de gasto público este año son los intereses de la deuda pública (38.615 millones de euros, un 33,7% más que en 2012) y las prestaciones por desempleo (casi 27.000 millones de euros), ninguna de las cuales se tiene en cuenta a la hora de calcular el déficit estructural.
Montoro reiteró que en 2014 la economía española volverá a crecer y que lo hará “con más intensidad” en 2015, 2016 y 2017. El ministro recalcó que “se puede ser optimista”, sobre todo cuando se ve “la reacción de los mercados” y enfatizó que los objetivos están “al alcance de la mano”. “La salida de esta crisis va a ser distinta a otras salidas”, dijo, por tres razones: la renta per cápita es casi el doble que la que había en España a mediados de los noventa, a pesar del elevado paro hay cuatro millones más de ocupados que en 1996, y las empresas españolas se han internacionalizado y tienen invertido en el exterior el equivalente al 45% del PIB nacional.
En su opinión, “España tiene los mercados abiertos y a unos tipos de interés iguales a los de 2010” y se está “favoreciendo la financiación de la economía del país”. Aunque es cierto que en las últimas subastas de deuda pública el Tesoro ha colocado el importe previsto con demanda suficiente y a tipos de interés más bajos, y que algunas empresas españolas han vuelto a financiarse en los mercados, eso no oculta que la falta de crédito y de financiación es ahora el principal problema de las empresas españolas. Y cuando consiguen financiarse lo hacen a unos tipos de interés muy superiores a los de empresas de otros países, como las alemanas. El ministro de Economía, Luis de Guindos, trasladó esta queja en el último Eurogrupo para solicitar medidas de política monetaria que reduzcan esta brecha.