Un bebé llora desconsolado. / MujerHoy
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Calmando al pequeño cavernícola

Hasta los cuatro años, los niños son neandertales incapaces de entender la lógica del homo sapiens

MADRID Actualizado: Guardar
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Suele ocurrir sin previo aviso y, preferentemente, en el momento y lugar más inoportunos. Por ejemplo, el pasillo de las galletas del supermercado. Tu hijo de dos años y medio, que hace 20 minutos te ha recibido con una sonrisa de oreja a oreja cuando le has recogido de la guardería, empieza a lloriquear mientras tú, diligentemente, intentas llenar la despensa para el fin de semana.

Quizá te hayas negado a comprar sus galletas favoritas; puede que no le hayas dado ningún motivo en absoluto. El tono va subiendo, las lágrimas de cocodrilo ya son regueros de frustración y el pequeño termina tirado en el suelo, gritando y pataleando mientras la clientela cuchichea y observa horrorizada.

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