DOPAJE

El juicio de la 'operación Puerto', visto para sentencia y pendiente de la sangre

Eufemiano Fuentes ejerció su derecho a la última palabra: "En 35 años de profesión jamás he perjudicado la salud de mis pacientes"

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Dos meses después, el juicio de la 'operación Puerto' quedó este martes visto para sentencia. El veredicto se hará público «dentro de un mes y medio, aproximadamente», según anunciaron fuentes judiciales al término de una sesión en la que, entre los procesados, solo Eufemiano Fuentes recurrió a su derecho a la última palabra. El doctor canario, el principal imputado en la mayor trama de dopaje descubierta en España, se enfrenta a una pena máxima de dos años de cárcel, por lo que no ingresaría en prisión, y al mismo tiempo de inhabilitación para ejercer su profesión. Su hermana Yolanda Fuentes, también médico, los exdirectores deportivos Manolo Saiz y Vicente Belda y el preparador físico Ignacio Labarta se arriesgan a la misma condena.

En la 'operación Puerto' no se ha juzgado un delito de dopaje, ya que en mayo de 2006, cuando se descubrió la red encabezada por Eufemiano, no estaba aún tipificado como tal el suministro de drogas en el deporte. Los cinco acusados han sido imputados por un delito contra la salud pública, como se encargó de recordar este martes la defensa del médico en la jornada de clausura de tan mediático juicio, que sin embargo ha aportado escasas novedades. La más sonada, la revelación de Eufemiano de que, entre sus pacientes, a quienes sometió a transfusiones de sangre para mejorar su rendimiento, se encontraban, además de ciclistas, futbolistas, tenistas, atletas y boxeadores. Sin embargo, medio mundo esperaba nombres que no fuesen corredores y quedó frustrado cuando la juez Julia Patricia Santamaría rechazó el reto del médico de identificar públicamente a sus clientes.

La magistrada también deberá resolver, en la propia sentencia o al margen de ella, si facilita o no las bolsas de sangre incautadas a Eufemiano y reclamadas por todas las acusaciones particulares, para poder ser cotejadas con el ADN de los tramposos. Si la sangre es o no un medicamento también se considera una cuestión jurídica clave contra el doctor, que según han revelado las escuchas telefónicas y los testimonios de ciclistas extranjeros (Tyler Hamilton, Jorg Jaksche e Ivan Basso), no solo realizó autotransfusiones, sino que también dopó a sus clientes con EPO, hormonas del crecimiento, corticoides e incluso plasma de ternera, entre otros productos prohibidos.

Como no podía ser de otra manera, Eufemiano, que ha llegado a anunciar que está escribiendo un libro en el que desvelará sus 'inconfesables' secretos, insistió este martes en su inocencia y en que sus prácticas no fueron nocivas para los deportistas a quienes trató. «En 35 años de carrera médica nunca he perjudicado la salud de mis pacientes, ni he tenido conocimiento de daños que hubiera provocado por mis tratamientos», se defendió el doctor canario. «El fin que persigo como médico es el de proteger la salud, no el de dañarla», sentenció el cerebro de la 'operación Puerto' poco después que su abogado reclamase su absolución. El letrado del doctor canario, Tomás Valdivieso, coincidió en que «no se hizo ningún daño a la salud de los deportistas». «Incluso Jesús Manzano (el exciclista del Kelme que denunció el escándalo de dopaje generalizado en el pelotón) no pudo testificar durante su turno ningún daño a su salud. Jugó con las palabras y especuló con los riesgos potenciales en el futuro. Con los riesgos del cáncer, una enfermedad que afecta desgraciadamente a todo el mundo», declaró el abogado.

Apuntan a Unzúe y Riis

«Las prácticas eran lícitas y legales al margen de consideraciones estéticas y éticas, y no se ha presentado prueba alguna que demuestre lo contrario», señaló Tomás Valvidieso, quien aseguró haberse llevado «una sorpresa jurídica por los desafíos de una sentencia ejemplar para limpiar el deporte español». «La mayor sorpresa llegó cuando la abogada del Estado pidió una sentencia en la que la sangre se considera medicamento al margen de la ley. La sangre no es un medicamento», proclamó el letrado al que recurrió Eufemiano tras prescindir de su primer abogado. En el caso del letrado de Yolanda Fuentes, Ignacio Arsuaga, llegó a manifestar este martes que el guardia civil instructor de la causa ha empezado a trabajar en la Agencia Estatal Antidopaje «por los servicios prestados», lo que provocó la recriminación de la juez.

Por su parte, la defensa de Manolo Saiz, representada por Ignacio Arroyo, quiso recordar a los exdirectores deportivos Eusebio Unzúe y Bjarne Riis, para subrayar que el cántabro no debía haber sido imputado. «Jaksche, Hamilton y Basso tenían relación con Riis. ¿Le ha pasado algo a Riis en el mundo ciclista? No, normal. Entonces, ¿por qué le va a pasar a Manuel Saiz?», se preguntó Arroyo. También apuntó que Unai Osa afirmó que las planificaciones de 2004 y 2005 que se le mostraron eran del equipo Illes Balears y que el director entonces era Unzúe: «La única bolsa que ha extraído en este procedimiento para sancionar era de Alejandro Valverde y corría en el Illes Balears ¿Le ha pasado algo a Unzúe? No. ¡Qué le va a pasar, si no puede estar imputado! Ni Riis, ni Unzúe ni Saiz tienen que estar imputados», dijo. Unai Osa es uno de los seis ciclistas españoles que negaron ser pacientes de Eufemiano y prácticas de dopaje durante el juicio y por ello han sido acusados por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y la Unión Ciclista Internacional (UCI) de posible perjurio, junto a Ángel Vicioso, Joseba Beloki, Isidro Nozal, David Etxebarria y Marcos Serrano.