FÓRMULA 1 | GP DE MALASIA

Alonso y Malasia, un idilio consolidado

El español cumplirá 200 grandes premios en su circuito fetiche, donde consiguió su primera 'pole' y su primer podio, con victoria el pasado año

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Probablemente no sea el circuito más técnico del calendario. Ni mucho menos el que más solera tiene, ya que apenas se encuentra en su adolescencia. Tampoco uno de los predilectos de la mayoría de los pilotos, y ni siquiera el más cómodo. De hecho, Sepang es uno de los destinos que más castigan a los pilotos. Temperaturas altas combinadas con una asfixiante humedad convierten el Gran Premio de Malasia en una auténtica prueba de resistencia física y mental para los competidores.

Sin embargo, hay un piloto que cada temporada está deseando aterrizar en Kuala Lumpur para dirigirse al asfalto malasio: Fernando Alonso. Su circuito favorito. Como él bien recordaba en Twitter, aquí logró su primera 'pole' (22 de marzo de 2003), su primer podio (23 de marzo de 2003), y es el trazado donde ha ganado más veces (tres, en 2005, 2007 y 2012). Además, esta última estadística la ha logrado con tres monoplazas y tres motores distintos: Renault, McLaren y Ferrari. La última, la del año pasado, tuvo un sabor ciertamente dulce. Después de un arranque más que decepcionante, con un monoplaza que ni entendían ni se dejaba domar, el piloto español cuajó una enorme carrera pese a que partía desde la octava posición de la parrilla. Otro frío número más que confirma el romance que vive Alonso con Sepang: se convirtió en el piloto que ha ganado en Malasia saliendo desde más atrás.

Este fin de semana será, además, especial para Alonso por otra cuestión estadística. Se convierte en un piloto 'bicentenario', ya que cumplirá su gran premio número 200, que no su carrera 200. Extraña dualidad que volverá locos a los amantes de las cifras. Alonso habrá disputado el domingo 199 carreras y participado en 200 grandes premios, debido al polémico GP de Estados Unidos de 2005, en el que los equipos que calzaban Michelin (todos excepto Ferrari, Jordan y Minardi, que montaban Bridgestone) se retiraron. Entre ellos estaba Renault, con su piloto estrella y futuro campeón de ese año: Fernando Alonso.

Si la victoria de 2012 fue toda una sorpresa, incluso para los propios miembros de Ferrari, es porque aquel monoplaza distaba mucho de ser puramente competitivo. Hizo falta una carrera loca, en condiciones muy adversas y con un Fernando Alonso letal para hacerse con la primera victoria y un inesperado liderato. Por fortuna para Ferrari y para Alonso, eso ya es un recuerdo. En este 2013, el F138 ha mostrado ser un bólido mucho más competente que su predecesor y la confianza está por las nubes después del segundo puesto de la primera prueba de la temporada.

«En Australia todo nos fue bien y demostramos tener un buen potencial», se congratulaba Alonso. «El circuito de Australia es raro e inusual, así que este fin de semana estaremos buscando un poco confirmar que el coche está funcionando bien. Después de notar sensaciones positivas en los entrenamientos invernales y más tarde en Australia, este fin de semana es una prueba muy importante para nosotros. Queremos un fin de semana limpio y el podio será de nuevo un buen objetivo; si lo conseguimos, podemos estar muy contentos», analizaba el piloto español.

Dudas con Red Bull

Si se cumplen las expectativas, Ferrari tendrá fundamentalmente dos rivales: los Lotus y los Red Bull. El equipo de Enstone está con la moral por las nubes después de la victoria que logró Kimi Räikkönen. Sin embargo, Alonso no cree que ellos estén tan lejos y confía en poder lograr algo similar. «El ritmo del Lotus fue muy bueno, pero no era algo que nosotros no pudiésemos hacer; no estaba fuera de nuestro alcance», afirmó. «Ellos tuvieron una carrera muy limpia, sin tráfico, con lo que creo que podemos luchar más de cerca con ellos», sentenció, confiado, el asturiano.

Algo más dubitativa es la sensación en torno a Red Bull. La pérdida de competitividad entre la clasificación -en la que Vettel consiguió una imbatible 'pole'- y la carrera -en la que acabó tercero- ha generado no pocas suspicacias. Alonso prefiere centrarse en su propio trabajo antes de entrar a analizar lo que ocurra con su máximo rival, pero lo cierto es que este fin de semana puede ser la confirmación de en qué situación real se encuentra la escuadra campeona.

Las dudas en torno a Red Bull están sobre todo en el rendimiento de los neumáticos. En Australia, Vettel sufrió serios problemas de competitividad, lo que le impidió pelear por la victoria. Si fue por un problema a la hora conseguir que los Pirelli alcanzaran la temperatura óptima -lo que provocaba un exceso de 'graining'-, en Malasia debería paliarse esa falla y tendrían que ser favoritos. Si, por el contrario, no funcionan por un exceso de degradación, deberían sufrir aún más que hace unos días.

Más allá de lo que ocurra con Red Bull, Alonso tiene entre ceja y ceja volver a subirse al podio de Sepang, y si puede ser recibir el baño de champán del campeón por primera vez esta temporada. No lo tendrá fácil, pero si hay un circuito donde el piloto español puede dar la sorpresa, ese es Sepang.