Un anciano impedido muere en el incendio de su casa

El fuego llevó la tragedia ayer a la pedanía murciana de Beniaján. Antonio Sánchez Navarro, un vecino de unos 80 años e impedido, falleció a última hora de la tarde en el incendio de su vivienda. Un fuego en el que también resultaron heridas su mujer, que sufrió quemaduras de segundo grado, y su hija, que se lesionó al tratar de entrar a la vivienda para rescatar a su padre.

Antonio Sánchez residía desde hacía años en una vivienda de la calle Escuelas de Beniaján junto a su esposa, Carmen Cánovas, con la que tenía varios hijos. Según explicó a este periódico el pedáneo de la localidad, Francisco Hernández, esta familia, conocida como 'La Tana' y muy querida en el pueblo, ha trabajado en la exportación y posee varias fincas. La familia regenta también una asesoría que hay bajo la vivienda donde se produjo el fuego y en la que trabaja la hija herida.

El incendio se originó poco antes de las ocho de la tarde, por motivos que todavía se están investigando. En ese momento, el matrimonio se encontraba solo en la vivienda. Una llamada alertó al Centro de Coordinación de Emergencias de que salía humo del domicilio y a su llegada los bomberos del parque del Ayuntamiento de Murcia pudieron rescatar a la mujer, que sufría quemaduras de segundo grado y había inhalado mucho humo. Esta anciana fue trasladada a la unidad de quemados del hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, donde quedó ingresada. Hasta la zona se trasladaron también varias unidades de la Policía Local y ambulancias del Servicio Murciano de Salud (SMS). En el lugar se personaron asimismo agentes de la Guardia Civil, que han iniciado una investigación para esclarecer lo sucedido.

En el incendio también resultó herida Mari Carmen, hija de la pareja, de unos 40 años de edad, que trabaja debajo de la vivienda y que accedió a ella al percatarse de que su padre se encontraba dentro y que no podía salir por su propio pie. Esta mujer también tuvo que ser rescatada por los servicios de emergencias y trasladada a la unidad de quemados de La Arrixaca, para curar las lesiones que había sufrido a consecuencia del fuego.

Nada más conocer la tragedia, el entorno de la vivienda se comenzó a llenar de familiares y amigos que no daban crédito a lo sucedido. El pedáneo aseguraba ayer que los vecinos se encontraban «conmocionados» y que el suceso había sumido a la pedanía en el dolor.