Toallas como almohadas en un hospital de Valencia
Hay familiares que han optado por coger un almohadón de su casa para que la persona ingresada duerma en condiciones mínimas
VALENCIA Actualizado: Guardar¿Se imagina que ingresa en un hospital y le ponen una toalla como almohada? Pues imagíneselo. Esto es lo que le pasó a un paciente el pasado domingo 3 de marzo en el Hospital Clínico de Valencia. Y no es un caso aislado, según las fuentes consultadas. Los fines de semana, ante la falta de ropa de cama, el personal sanitario se las ingenia como puede para suplir notorias deficiencias.
La familia se quedó boquiabierta. Preguntó si esa era la almohada. La contestación fue que no había para todos. Demasiados pacientes el fin de semana. Ante la escasez de material, toalla al canto. LAS PROVINCIAS se puso en contacto con personal del hospital y las explicaciones que dieron es que la ropa de cama la lava una empresa externa y que si el fin de semana hay exceso de ingresados, no hay repuestos: «Es obvio que no se pueden reutilizar sin lavar». Hace años ya que el servicio de lavandería del Clínico está externalizado.
Uno de los familiares del paciente, al ver que iba a pasar la noche con la toalla de rizo como almohada, optó por la solución más directa. Dijo que enseguida volvía, se marchó del hospital, se fue a su casa y cogió una almohada para que el enfermo, que al día siguiente se tenía que someter a una serie de pruebas, pudiera descansar casi como en casa.
Fuentes del servicio sanitario del Clínico apuntaron que la situación que vivió este paciente no es habitual, pero tampoco rara un domingo por la tarde. Si ese fin de semana se ha atendido a más gente de lo habitual, es fácil que el hospital se quede sin almohadas.
Las nuevas medidas de ajuste aplicadas por la Conselleria de Sanidad en los hospitales valencianos ha llevado a aplicar una serie de normas para gastar lo mínimo. Por ejemplo, a los familiares se les advierte de que parte de los cubiertos que reciben el primer día los tienen que conservar durante toda su estancia.
Además, a los profesionales ya no se les personaliza la ropa de trabajo. Ahora pueden devolver la bata al saco de la ropa sucia al final de la jornada y disponer de otra al día siguiente. Incluso la periodicidad de las chaquetas que se da a cada profesional se ha alargado a los dos años, cuando antes lo habitual era cada ejercicio. «Ahora incluso se ha eliminado el tradicional resopón de las doce, cuando se daba un vaso de leche a los pacientes. Sólo se mantiene a aquellos que son diabéticos», señalaron las fuentes consultadas.
La bienvenida a la familia del paciente con toalla como almohada fue completa: «Tengan cuidado por la noche, que en ocasiones entra alguien y sustrae todo lo que pilla». Dicen que esta situación tampoco es nueva. «Optamos por meterlo todo en una bolsa y guardarlo bajo llave», señalaron ayer los asustados familiares, que nunca pensaron que una noche en el hospital estuviera trufada de tantas peripecias.
El enfermo, ya que se había traído la almohada de casa, siguió con ella para dormir a gusto una noche más. «Pensamos que si había carencia de almohadas, pues que otro se beneficiara de la nuestra. Durmió mejor con la suya de casa», señalaron sus familiares, que ya están en casa con el paciente, al que ayer le dieron el alta tras un par de días de aventuras hospitalarias.
Es posible que el próximo fin de semana, si la previsión de ingresos supera las expectativas, alguien se encuentre con otra toalla como almohada en su cama.