ATLETISMO

Un 'León' hambriento

Higuero volverá a luchar por una medalla en su sexta final en un Europeo en pista cubierta

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

¿De qué hablarán Juan Carlos Higuero y Arturo Casado en la habitación de su hotel? Juntos, tumbado uno al lado del otro, el viernes por la tarde disfrutaban de los Campeonatos de Europa por televisión. Así que la conversación, se supone, giraría sobre el atletismo, el deporte que adoran. El primero reposaba después de cumplir holgadamente con su primer reto en Gotemburgo, entrar en la final de los 3.000 (sábado, 18.20 horas). El compañero, en cambio, domaba los nervios a la espera de su estreno en los 1.500. Y seguro que, entre carrera y carrera, además de comentar la buena imagen que ofrecieron Kevin López, Luis Alberto Marco y Francisco Roldán al superar las series de los 800, recordaban los buenos tiempos, sus duelos en el kilómetro y medio, pero también los malos.

Higuero y Casado llegaron a Suecia con la ilusión de un júnior, pues ambos han probado la hiel del deporte, esas lesiones engorrosas que hacen replanteárselo todo. Y los dos, cada uno a su ritmo, a su manera, han vuelto al escaparate, situado este fin de semana en el Scandinavium Arena. Juan Carlos y Arturo, mientras veían el dominio de Natalia Rodríguez, ganadora de su semifinal de 1.500, como Isabel Macías de la suya, se contarían sus penas, su trabajo solitario para volver a ser referentes. Uno, el 'León' de la Blume, un León hambriento, con 34 años. El otro, el rey Arturo, ya en los 30.

«Lo importante es ser inteligente», advirtió Higuero antes de correr. El burgalés, todo experiencia, nunca se ha quedado fuera de una final en los Campeonatos de Europa 'indoor'. Seis participaciones y seis finales. Las cinco primeras, con un oro y dos platas, en los 1.500. La sexta, el sábado se sabrá el desenlace, en 3.000. Por eso sabe que lo primero es superar la criba y luego centrarse en la pelea. Por eso, Higuero no pestañeó cuando vio a Hayle Ibrahimov, el etíope de bandera azerbayana, volar sobre el sintético flotante. Le dejó ir. De qué sirve, debió decirle a Casado, correr la eliminatoria más rápida de la historia (7:50.55) si solo 30 horas después hay que volver a correr, esta vez ya con un podio detrás de la meta. No discutió el triunfo de Ibrahimov, el favorito, como tampoco le incomodó que el francés Kowal, otro de los candidatos, entrara segundo y el obstaculista Roberto Alaiz, gran debut, tercero. Carlos Alonso fue descalificado en la otra semifinal, la que dominó el irlandés Claran Olionaird, el literato de la Universidad de Florida (7:55.12), por delante del otro galo amenazante, Carvalho, y el turco nacido en Kenia Arikan.

Pero Casado e Higuero no son los únicos que conversan. También lo hacen, vía twitter, Natalia Rodríguez e Isabel Macías. Las dos españolas se quejaban hace unos días del cambio de nacionalidad, el 28 de enero, de la etíope Abeba Aregawi, flamante sueca gracias al cambio de la normativa de la IAAF, que ha reducido a cuatro meses el tiempo entre dos competiciones bajo banderas diferentes. Por eso la mediofondista africana, olímpica por Etiopía en agosto, quedaba libre el 10 de diciembre. Lo que más sorprendió fue su renuncia a cambiar el pasaporte en los Juegos, pues vive en Estocolmo desde 2009 junto a su marido, y entrenador, Henok Weldegebriel. Su estreno sueco fue fascinante, al correr en la capital en 3:58.40, a 12 centésimas del récord del mundo de Soboleva. Aregawi demostró que es la favorita indiscutible al oro al ganar con mucha soltura su semifinal.

Más intrigante fue la clasificación de Patricia Sarrapio a la final de triple salto. La madrileña esperó a la tercera (y última) ronda para saltar 13,85 y ascender a la octava plaza, la última antes del corte. Los castellonenses Vicente Docavo (16,46 y duodécimo) y Emilio Bellido (16,24, decimoséptimo), en cambio, quedaron lejos de la final masculina. Como los tres cuatrocentistas: Samuel García, Mark Ujakpor y Aauri Lorena Bokesa, eliminados en la series.