Italia: Lecciones varias
El país se acostó ayer con la convicción de que parece poco menos que imposible constituir un gobierno estable
Actualizado: GuardarEn lo que parece un triunfo apoteósico de la política-espectáculo, Italia se acostó ayer con la convicción de que parece poco menos que imposible constituir un gobierno estable y solvente tras las elecciones legislativas que alteraron del todo el escenario y son portadoras de varias y sugestivas lecciones.
Los hechos son conocidos: la coalición de centro-izquierda inspirada por el Partido Democrático fue la más votada tanto para la Cámara de diputados como para el Senado pero con diferencias tan reducidas que, con la ayuda de la ley electoral en el caso de la cámara alta, solo obtiene la mayoría en la primera y pierde en la segunda –y decisiva – Cámara alta.
Sin el aval del Senado, como quisieron en su día los italianos (regionalizando fuertemente su Constitución como modo menos malo de impedir el auge del secesionismo) y no han sabido o querido cambiar desde entonces, el corsé es tal que cualquier ejecutivo depende de la voluntad de los senadores. La noticia aquí, y es la primera, es que un presunto partido, el sedicente Movimiento Cinco Estrellas del comediante Beppe Grillo tiene nada menos que 58 senadores lo que, literalmente, hace de él el factor decisorio.
El papel de Grillo
Pero todo permite suponer que no querrá decidir nada a costa de un aval para el socialdemócrata moderado Pier Luigi Bersani (Partido Democrático) o para el incombustible Silvio Berlusconi (Pueblo de la Libertad). La razón es de pura coherencia: las Cinco Estrellas son un estado de ánimo mezclado con talento, humor grueso, un gramo de anarquismo y una curiosa llamada al orden… pero no ha sido fundado para durar y se supone que será un fenómeno efímero… El mismo Beppe no es candidato ni desea asumir una responsabilidad política particular desde lo que él describe como una lista de ciudadanos….
La segunda noticia, de más calado y más fácilmente interpretable, es el fracaso rotundo del primer ministro saliente, el economista Mario Monti, hombre sin partido llamado por el presidente Napolitano a finales de 2011 para formar un gobierno de salvación financiera de naturaleza tecnocrática que cumplió su deber con solo bajar la prima de riesgo y facilitar la financiación del Tesoro. No supo administrar su súbita entrada en la escena política, vaciló, dijo que terminada su labor se evaporaría pero finalmente cedió y aceptar encabezar (sin ser tampoco candidato: es senador por designación presidencial) lo que terminó siendo electoralmente la Scelta civica (elección cívica) y que siguió siendo de hecho la “lista Monti”, que buscó y no encontró voluntarios: un 10,5 por ciento para la cámara de diputados y un poco menos para el Senado.
Hay en la prestación de Monti y su grupo una noticia más: la Scelta era la única lista en la que figuraba el único partido oficialmente cristiano-demócrata de Italia, la UDC de Ferdinando Casini, que aportó a Monti ¡un 1,78 por ciento! En una Italia donde la democracia cristiana dominó la situación sin paliativos durante más de treinta años… El mismo país, otro país, como se ha escrito a menudo.
Qué hacer
Hay, en fin, otra noticia en forma de carta o, como ha dicho el presidente del parlamento europeo, el socialdemócrata Martin Shulz, de mensaje: el enviado por el público en forma de desautorización de la gestión económica. Con una imprudencia que ahorra comentarios y confirma su bisoñez política, Monti dijo en la campaña que la canciller Merkel no deseaba el éxito del PD y tras la precisión oficial berlinesa de que la Sra.Merkel no opina de elecciones de terceros, tuvo que convertir su aserto en una convicción. Y ahí acierta: es seguro que en Berlín, y no solo en Berlín, lo sucedido en Italia ha activado algunas las alarmas.
Es lógico que así sea. Italia es la tercera economía de la eurozona, su PIB es el octavo del mundo, es miembro de pleno derecho del G-8, uno de los padres de la unidad europea (con el inolvidable De Gasperi) y fundador de la OTAN… Su situación financiera era agobiante antes de Monti y volverá a serlo ya mismo (la prima de riesgo como termómetro del que el oportunista Berlusconi dice hacer poco caso) y el fenómeno Grillo es muy anterior a la aparición de il proffesore en escena (de hecho Cinco Estrellas nació en octubre de 2009). Pero muchos electores, en orden disperso, tal vez provisional y un punto oportunista en algún caso, han optado por castigar a los actores políticos oficiales y romper el viejo statu quo.
Y aquí está la última lección: sin ser tal vez el tsunami populista que muchos medios denuncian, lo sucedido no podrá ser archivado por las buenas como un ataque frívolo y un punto anti-sistema a cargo de una parte considerable del cuerpo electoral. ¿Servirá para provocar en Bruselas – y sobre todo en Berlín – un debate sobre la política de recortes sin más en busca de la virtud excelsa con forma de equilibrio presupuestario? Grillo dice con toda naturalidad que estaría bien salirse del euro, sabiendo de sobra que no es posible así, sin más ni más. El podría, y no está excluido al cien por cien según especulaciones de última hora, proveer de estabilidad a un gobierno Bersani que aceptara al respecto una vía intermedia… El sueño de la izquierda institucional en toda Europa y al que, según sus críticos, que crecen como hongos, dicen que ha renunciado un tal François Hollande en la vecina Francia…