Fútbol | LIGA europa

El Levante también gana en Atenas y sigue soñando

Un tempranero gol de Martins sella el pase a octavos para enfrentarse al Rubin, el exequipo del goleador nigeriano, autor de un doblete ante el Olympiacos

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Su próximo rival será el verdugo del campeón, más potente y defensivo que el Olympiacos, pero a la espera de enfrentarse en octavos al Rubin Kazán, el Levante sigue disfrutando y soñando en su debut continental. Tras la goleada endosada en el Ciutat de Valencia al equipo de Míchel, el conjunto granota también ganó en Atenas y confirmó, sin ningún tipo de presión y nada que perder en la 'Europa League', su superioridad sobre un Olympiacos que aunque no quiso entregarse ante su ruidosa afición, debió rendirse antes de tiempo. Un gol del nigeriano Martins logró frenar al Olympiacos y apaciguar los ánimos en el Pireo, que fue menos 'infierno' porque el Levante se encontró muy temprano con un gol a su favor y a partir de ahí tuvo orden y capacidad más que suficientes para controlar a un enemigo demasiado limitado. Con un 4-0 ya en el marcador, el Levante permitió jugar y dominar al Olympiacos y, aunque no pudo explotar el contragolpe que tanto le gusta, volvió a mostrar solidez y un bagaje inusual para un novato.

La pequeña revolución de Míchel, que alineó casi medio equipo distinto al de la ida, incluido el portero, no tuvo ninguna repercusión, porque aunque el Levante no abusó del Olympiacos como ocurrió en el primer partido por la banda derecha, de donde sacó petróleo, se aprovechó temprano de la debilidad defensiva de los helenos a balón parado. Martins, que cerró el marcador en el Ciudad de Valencia y tras perderse la primera fase ahora se enfrentará a su exequipo, el Rubin, pudo permitirse el lujo incluso de cabecear y llevar el balón a la red casi sin saltar, libre de marca ante una zaga que pecó de nuevo de falta de concentración. En ataque los griegos estuvieron bastante más sueltos, rematando mucho desde media y larga distancia, pero el Levante tenía la lección muy bien aprendida, y con la experiencia de Ballesteros, que no pudo jugar la ida, fue un conjunto bastante más compacto atrás.

Entre que el desconcertado y ansioso Olympiacos jugó muy mal bajo el diluvio y que el Levante cumplió con lo suyo, el partido en la capital griega fue un quiero y no puedo de los helenos en un plácido encuentro para los granotas. Mucho mérito tiene lo del equipo de Juan Ignacio Martínez, que no solo está aguantando en las dos competiciones, sino que en la Liga, aunque con enorme competencia, se encuentra a solo tres puntos de Europa, y en el segundo torneo continental, con una sola derrota, ante el Hannover en la primera ronda, continúa quemando etapas con un equipo cada vez más cuajado y confiado en sus posibilidades. Con la paliza de la ida y, a pesar de la presión ejercida por Míchel y los suyos por el discutido arbitraje en campo granota, el Levante pudo afrontar otra noche histórica con absoluta tranquilidad. Su estrategia estaba clara, y no pudo salirle mejor.

El objetivo principal del Levante era no encajar un gol en los primeros 20 minutos para no dar alas a un equipo y una afición que presumen de ímpetu y entrega, y antes de cumplirse los 10 ya obligaba al Olympiacos a firmar una 'manita'. Un imposible, pese a los intentos de desborde y disparo del joven Vlachodimos, ante el que siempre estuvo atento Keylor Navas -el costarricense evitó el empate en el 90' con una fantástica parada-, que está defendiendo con seguridad y solvencia la portería de su equipo en Europa. Barkero, el jugador de más clase de este Levante, no pudo deslumbrar, pero aparte de dar el primer aviso poco después del pitido inicial con un disparo que se marchó rozando el palo, fue el encargado de dar la asistencia a Martins para su doble venganza frente al Olympiacos, y tuvo sus destellos de clase. El veterano Ibagaza también tuvo su oportunidad en el tramo final, pero con el Olympiacos tan atascado, el argentino pasó desapercibido, aunque le dio tiempo a ganarse una amarilla.