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Los padres del árbitro agredido presenciaron el ataque
El joven de 17 años perdió más de dos litros de sangre y si el hospital no hubiera estado cerca «podría haber muerto»
VALENCIA Actualizado: GuardarHéctor G. T., el árbitro de 17 años agredido el domingo en el municipio valenciano de Burjassot, fue atacado en presencia de sus padres José y Vicenta y de su hermano pequeño, Joel, de 11 años. El partido Los Silos-Mislata UF B de Segunda Regional estaba a punto de terminar. Era el minuto 89, cuando el joven colegiado fue acometido con un puñetazo y varias patadas por Alberto M. M., de 27 años, jugador del equipo visitante que acababa de ser expulsado y agente de la Policía Nacional ahora suspendido. La víctima tuvo que ser trasladada al cercano Hospital Arnau de Vilanova, donde se le extirpó el bazo. Ayer, permanecía ingresado y su evolución era favorable.
Con 2-2 en el marcador y en un partido que transcurría «muy tranquilo», Héctor G. T. pitó una falta a favor del equipo local y recibió un insulto de un visitante que motivó una tarjeta roja. Tras ello, recibió «un manotazo y, ya en el suelo, varias patadas», aunque otros testimonios aseguran que el agresor sólo le propinó un puntapié en el costado.
«El padre saltó una valla para proteger a su hijo, pero el propio chaval le dijo: 'Papá, no lo cojas que lo denunciamos'», explicó un cuidador del campo del Polideportivo de Burjassot, donde se disputó el partido correspondiente a la última categoría del fútbol regional. Según varios testigos, los jugadores de ambos equipos contuvieron rápidamente al agresor y no se llegó a mayores, con una posible intervención del padre del joven árbitro. Héctor salió del campo por su propio pie, pero cuando llegó al vestuario «sufrió un mareo y se desplomó».
Allí ya anunció sus intenciones. «Yo dejo esto», avanzó en referencia a dejar de pitar partidos de fútbol. Néstor Hidalgo, amigo de Héctor, compañero de Instituto y también árbitro, destacó ayer que la víctima nunca había pasado por una situación similar. «Solemos hablar tras los partidos y que yo sepa nunca había tenido problemas en estos tres años, más allá de insultos de la grada o alguna protesta».
El desmayo y un gran hematoma en el costado causaron la alarma y hacia las 14 horas fue llevado al Arnau de Vilanova en una ambulancia sin médico, porque en el primer aviso a Urgencias se informó de que el paciente había recibido unos golpes y se desconocía la existencia de daños internos. En el traslado, «empezó a vomitar sangre». A las 19.30 entró en el quirófano, tras haber perdido «más de dos litros». La proximidad del centro sanitario y el polideportivo evitó riesgos mayores, porque «con esa pérdida de sangre corrió peligro su vida. Si el hospital hubiera estado más lejos, podría haber muerto», según apuntaron fuentes federativas.
Visitas
En los dos últimos días, Héctor ha recibido numerosas visitas de familiares, amigos, compañeros y representantes de los dos clubes, de la federación, el comité de árbitros y del Ayuntamiento de Burjassot. Algunos de ellos comentaron que ayer todavía se encontraba un poco «aturdido» por la medicación, aunque ya no estaba entubado. Su amigo Néstor lo vio «bastante animado, más alegre» que el lunes. «Hemos ido unos cuantos y se ha alegrado. Va poco a poco mejorando. No me ha comentado nada sobre seguir arbitrando o no», añadió.
Sus padres ahora no quieren saber nada del fútbol y del arbitraje, especialmente, por el impacto que supuso ser testigos de la brutal agresión, junto al hermano menor de Héctor.
Desde el Mislata UF manifestaron encontrarse «en 'shock' por lo ocurrido. No esperábamos eso de ninguno de nuestros jugadores y menos de él», apuntó su exentrenador, Alberto Real. Desde la escuela de fútbol recordaron que se preocupan por «inculcar valores a los 470 chavales de nuestros 32 equipos».
El agresor, vecino de Torrent, es descrito como «cumplidor, puntual, buen compañero, solidario... Incluso era un buen referente para el resto del equipo, formado en un 85% por chicos de 18 y 19 años». Llegó en agosto por mediación de otro policía jugador del Mislata UF. Desde este club pidieron «la mayor sanción posible».
El presidente de Los Silos CF, Vicente Contreras, reclama «que se acabe esto ya. El árbitro es un niño; tiene cara de niño». Los dos clubes, el Ayuntamiento de Burjassot y la Federación de Fútbol de la Comunitat Valenciana estudian diversas acciones de homenaje a Héctor y contra la violencia. Todos ellos intentarán convencerle de que no abandone el arbitraje.
«Cada vez hay menos agresiones, pero cuando hay una suele ser grave», apuntaron fuentes federativas, que recuerdan que hay 4.000 partidos de fútbol regional cada semana. Un profesor de Héctor, Martín Almendros, pidió que se retire la placa al agresor: «Yo también soy árbitro y somos un colectivo calumniado. Continuamente sufrimos todos los fines de semana violencia verbal y eso ya se ve como normal».
Representantes del Valencia CF tenían intención de ver en el hospital al joven, pero la visita se suspendió porque le iban a hacer una transfusión. En el Levante UD también se acordaron de él. «Le mandamos ánimos. El jueves -mañana- vamos a intentar ganar el partido y dedicárselo. Por temas de UEFA no nos van a dejar enseñar un lema de apoyo hacia él, pero el lunes contra Osasuna mostraremos el apoyo con camisetas», declaró el jugador granota Pedro López.