Preparados para lo peor
Los 380.000 accionistas de Bankia deben estar alerta ante una 'importante reducción” en el ya muy depauperado valor actual de su inversión
MADRID Actualizado: GuardarLos 380.000 accionistas de Bankia deben estar preparados para sufrir una “importante reducción” en el ya muy depauperado valor actual de su inversión. En la salida a Bolsa de la entidad, ahora cuestionada en el proceso que se sigue en la Audiencia Nacional, las acciones se pagaron a 3,75 euros. Nada que ver con la actual cotización, que ronda los 0,40 euros por título. Ni mucho menos con el valor que se les reconocerá próximamente.
El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que es el rescatador de las cajas y bancos en dificultades, ha advertido a los propietarios de que Bruselas, apuntalada por la ‘troika’ –representantes de la Comisión, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional, bautizados popularmente como ‘los hombres de negro’- exigen ese sacrificio. Hay que cumplir con el MOU, o pliego de condiciones impuesto a cambio de los recursos aportados por los socios comunitarios para la recapitalización de la banca española.
Bankia vale menos que nada y cabe esperar poco de los resultados del ejercicio 2012, aún por difundir. El precio del rescate europeo, que el Gobierno prefiere denominar “asistencia financiera”, es que todos los dueños, y en primera línea los accionistas, paguen la factura de las ayudas públicas.
Puesto que las pérdidas hay que asumirlas, el valor de la acción se verá drásticamente rebajado. Todavía no se sabe la cuantía del recorte, porque el FROB asegura que los trabajos de reevaluación no han concluido. La posibilidad de que el valor se viera limitado a 0,01 euros revolucionó el mercado, y llevó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores a suspender algunas horas la negociación de los títulos.
Si no hay valor, ¿por qué reconocérselo a los títulos de Bankia?. Razones técnicas avalan esta decisión. El proceso de recapitalización de la entidad ha de pasar por tres fases: además de las dos primeras (operación acordeón, de reducción de capital para su posterior ampliación), hay una tercera, en la que se procederá a la conversión de las participaciones preferentes y de la deuda subordinada en nuevas acciones. Si Bankia sigue cotizada, el canje final –al que se aplicará, en el valor nominal, un descuento previo del 40%- resultará más sencillo.
Unos 80.000 titulares son dueños de estos ‘productos híbridos’, que así se denominan en el argot del sector las preferentes y la deuda subordinada. Para cumplir con los requerimientos de Bruselas, los propietarios de estos productos bancarios también han de sufrir penalización. Solo podrán escapar aquellos que puedan probar que padecieron engaño en la operación de adquisición. Para ellos se ha abierto la puerta del arbitraje, además del recurso a los tribunales de Justicia.
La edad, la renta personal, el origen, la profesión y el historial de inversión financiera de los afectados van a marcar la ‘línea roja’ a partir de la cual un cliente que se hizo con preferentes de Bankia en su sucursal puede intentar acreditar que fue víctima de una comercialización inadecuada. Si acude al laudo arbitral, le saldrá gratis, pero tendrá que resignarse al fallo, sin apelación posterior. La vía judicial tiene un coste, pero admite posteriores recursos.