Carmen Martínez Bordiú, con Luis Miguel Rodríguez. / Archivo
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¿A por el cuarto?

Carmen Martínez Bordiú ha roto con José Campos, su tercer marido. Últimamente se la ha visto con Luis Miguel Rodríguez, un millonario que posee el mayor desguace de Europa

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El broche de mariquita que lucía Carmen Martínez-Bordiú en su tercera boda con José Campos le ha traído poca suerte. Iba prendido sobre un vestido de Christian Lacroix, de 40.000 euros, pero ni siquiera ese detalle le ha ayudado. Al contrario. Su tercer matrimonio ha sido el más corto de una vida sentimental de lo más entretenida. Menos de siete años. Y siempre aderezado de rumores de separación desde el minuto uno a causa de su diferencia de edad –trece años más ella– y la vida tan independiente que ambos llevaban por más que Carmen se hubiese mudado a Santander. 'La nietísima' soplará 62 velas el próximo 26 de febrero como separada. Aunque con el corazón otra vez contento. O eso parece. Una noticia que no extraña cuando la protagoniza una mujer que desde que salió del Palacio del Pardo se ha puesto la vida por montera y cuyas idas y venidas sentimentales llevan 40 años alimentando las páginas del corazón. Ahora los focos apuntan a Luis Miguel Rodríguez, conocido como el 'rey del desguace' por ser el propietario del mayor centro de este tipo en Europa –más de 240.000 metros cuadrados en Fuenlabrada y con una ampliación en mente–. Pero para Carmen simplemente es Luismi, un empresario de Parla no muy amante de la notoriedad y del que apenas existen un par de fotos públicas. Ronda como ella los 60, comparten círculo de amistades y se da cierto parecido al anticuario Jean Marie Rossi –el segundo marido de Carmencita–. Además, Rodríguez pasa por ser un apasionado de Franco, algo que uniría más a la sorprendente pareja. Es lo que asegura la periodista Lydia Lozano, que adelantó que el nuevo amor de 'la Bordiú', ya separado de su mujer, presume de contar en su finca con una espectacular escultura de Franco y de incluso haber accedido al DNI del generalísimo.

No es de extrañar que las malas lenguas ya apunten a 'la nietísima' como su mejor trofeo. Pero a ella plin. "Carmen está encantada con su nueva pareja", desveló la colaboradora de ‘Sálvame’ tras saltar a los medios su nuevo 'affaire'. Un fin de semana romántico en la Aldea del Rocío (Huelva) a finales de enero durante la fiesta de la Candelaria dio la voz de alarma sobre una ruptura de la que se llevaba hablando años. Unos días después del bombazo se desempolvaban unas imágenes de la nueva pareja cenando junto a Nuria González, mujer de Fernando Fernández Tapias, en Madrid el pasado diciembre.

A priori, Rodríguez pasaría por ser la antítesis de José Campos, sobre todo por su abultada cuenta corriente. No tiene estudios, pero tampoco los ha necesitado para levantar un emporio que en 2008 generó unos ingresos de casi 20 millones de euros. Y eso que este madrileño se confiesa bastante malo para los números, aunque atesora un don especial para los negocios.

La bombilla se le encendió gracias a las películas americanas en las que aparecían desguaces de todo tipo. Con apenas 22 años, Luismi puso en marcha una pequeña tienda de piezas en un terreno de 10.000 metros que le dejó su abuela en Torrejón de la Calzada, a 25 kilómetros de Madrid capital. Desde entonces no ha parado de expandirse hasta crear una empresa con 380 empleados. Su secreto: arriesgar y reinvertir siempre sus beneficios. Ahora dicen que cuenta con avión privado, chófer y hasta guardaespaldas.

Sin visos de arreglo

La reconciliación de Carmen con José Campos no entra, por el momento, en los planes del (todavía) matrimonio, aunque aún no han presentado la demanda de divorcio en Santander. Al parecer, los abogados siguen tanteando el terreno para empezar las negociaciones y resolverlo cuanto antes. Entre los temas pendientes, la custodia de sus dos 'hijos': 'Kom' y 'Mok', dos espectaculares terranovas negros que sacaban a pasear por las playas del Sardinero. Sin olvidar lo que les quede en el banco de sus exclusivas, porque ya se sabe que Carmen Martínez Bordiú vive de su imagen. Solo de la boda y otros reportajes posteriores en 'Hola' se rumoreó que se embolsaron 1,2 millones de euros. Y muchas páginas han caído hasta el último posado, que lo hicieron hace tres meses en su viaje por Escocia. ¿Sería el último intento de superar su mal momento?

Una cosa es segura: la nieta de Franco no va de faroles. Ni siquiera durante sus larguísimas partidas de mus, aquellas regadas con mojito de orujo que jugaba en Santander. Miente fatal... o eso dice. Quizás por ello, ninguno coge sus móviles desde que saltó la noticia del divorcio. Además, 'la Bordiú' siempre lo ha tenido claro: "Cuando digo adiós a una persona lo hago convencida, y aparto los recuerdos inmediatamente". ¡Hasta sus hijos –Luis Alfonso y Cynthia– y su anciana madre (87 años el próximo jueves) sabrían que la relación hace aguas! Una señal inequívoca de que posiblemente no hay marcha atrás.

La pareja vivía en un piso que compró ella en Santander, frente a la playa de la Segunda del Sardinero, desde que se casaron en junio de 2006. Un piso bajo no muy grande en un edificio acristalado, con piscina y jardines comunes, de cuyos gastos se ocupaba Carmen –él pagaba las salidas– y del que ella incluso ha ejercido como presidenta de comunidad. Como curiosidad, el salón cuenta con dos camas-sofá con tele de plasma incluida... además de dos dormitorios porque dormían separados.

El 'Dalí' de Carmen

Los ronquidos y los horarios del empresario y directivo del Racing (se ocupa de la seguridad) los llevaron a vivir casi como compañeros de piso, cada uno con su propio cuarto de baño en una casa decorada con antigüedades y cuadros de ella, alguno obsequio de su segundo marido. Ni rastro del espectacular 'Dalí' que Alfonso de Borbón le regaló tras su primer 'sí, quiero'. El valioso lienzo 'Princesa María del Carmen' ocupa un lugar privilegiado en su piso parisino, una de las alternativas donde quizás fije su nueva residencia. La otra posibilidad es su finca sevillana de Los Camochos –cincuenta hectáreas de olivar en Cazalla de la Sierra, además de una casa y una capilla–. Eso si finalmente decide abandonar Cantabria y dar carpetazo a sus relajantes baños desnuda en la playa sin tener que preocuparse de los paparazzi. Una mudanza que, hasta hace poco, aseguraba que jamás ocurriría... aunque se le acabase el amor con Campos, porque en Santander había encontrado su lugar.

"Lo más importante es vivir cada momento como si fuese el último", ha enfatizado siempre ‘la nietísima’, a la que le cansa especialmente la rutina. Y en eso tan intenso de vivir al máximo anda. ¿Irá a por el récord de matrimonios de Liz Taylor? Más detalles pronto en el ‘cuore’. Porque como aseguraba José Campos en su mítica frase: "La Bordiú es mucha Bordiú…". Y a Carmen no la para nadie. Ni siquiera su tercer divorcio.