The Black Keys reinan en los Grammy

Menos emotiva tal vez, pero más disputada. Así ha transcurrido la 55 edición de los premios Grammy, cuya gala arrancaba en el Staples Center de Los Ángeles con la interpretación que Taylor Swift efectuaba de su 'We are never ever getting back together' y finalizaba con LL Cool J, maestro de ceremonias, cantando sobre el escenario junto a Tom Morello, Chuck D and Travis Barker.

Tras una ceremonia, la de 2012, marcada por el fallecimiento, apenas un día antes, de la cantante Whitney Houston -a la que se ha rendido un nuevo tributo con la proyección de un documental por parte de la cadena CBS que recoge recuerdos de estrellas como Taylor Swift, Bruce Springsteen o Jennifer Hudson, entre otros-, la de este año echaba a andar como finalizó aquella, con Adele recogiendo emocionada un nuevo Grammy, el décimo de su carrera.

En esta ocasión, la británica -que se llevó a casa seis gramófonos dorados en 2012- vencía en el apartado de mejor actuación pop solista por 'Set fire to the rain (Live)', un premio que recibía de manos del rapero Pitbull y la cantante Jennifer Lopez. Se imponía así a Kelly Clarkson, Carly Rae Jepsen, Katy Perry y Rihanna una mujer que nunca ha precisado de contorsiones sobre el escenario ni gestos provocativos para provocar el delirio de sus seguidores.

Enfundada en un florido vestido que apenas dejaba nada al descubierto, la intérprete de 'Rolling in the deep' aludía a las estrictas directrices de vestuario dictadas por la cadena CBS. "Como pueden ver, leí el memorándum", espetaba en referencia al correo electrónico en el que se pedía a los artistas que vistiesen recatadamente esta noche y evitasen trasparencias que pudiesen dejar pechos o traseros al aire libre. Unas normas con cuyo incumplimiento flirteaban, sin embargo, estrellas como Jennifer Lopez, quien no dudaba en imitar a Angelia Jolie luciendo pierna, o Rihanna, la nueva 'mujer de rojo'.

The Black Keys, la banda conformada por Dan Auerbach y Patrick Carney se erigía en la gran triunfadora de la noche, al atesorar cuatro de los seis gramófonos dorados a los que optaba. Tres de ellos, los de mejor disco de rock ('El camino'), mejor canción de rock ('Lonely boy') y mejor productor, este último para Dan Auerbach, caían en sus manos en la gala previa celebrada en el Teatro Nokia de Los Ángeles. Después, ya en la ceremonia desarrollada en el Staples Center, se añadía el de mejor actuación de rock, también por 'Lonely boy'. El grupo de Ohio tiene rendido a la crítica desde que viera la luz su primer álbum, 'The big come up' (2002), y sus compañeros de profesión no hacen más que prodigarle elogios a su magistral mezcla de blues y rock. Aunque, eso sí, se le escapaba el Grammy a la grabación del año, que iba a parar a las manos de 'Somebody That I Used to Know', de Gotye, interpretado conjuntamente con Kimbra.

Tampoco lobraba The Black Keys el Grammy al mejor álbum del año, que se decantaba del lado de 'Babel', de Mumford & Sons, una banda londinense que apenas ha precisado de dos discos para colocarse como uno de los grandes referentes del folk rock con temas beben de obras literarias como las de Steinbeck o Shakespeare. Otro de los grandes favoritos de la noche, Frank Ocean, conseguía con 'Channel Orange' el Grammy al mejor álbum de música urbana contemporánea. Salía bien parada asimismo fun., una formación neoyorquina que se ha hecho con uno de los galardones más codiciados, el de mejor canción del año, por 'We are young', al que han añadido también el de mejor artista revelación.

Nuevo Grammy para Beyoncé

La victoria de Adele en el apartado de mejor actuación pop solista ha confirmado una vez más que el cetro del pop es cosa de mujeres, después de que ni el mismísimo Justin Bieber consiguiese colarse entre los finalistas en esta categoría, una de las grandes ausencias entre los nominados para indignación de sus fans. Kelly Clarkson también saboreaba la gloria una vez más al recoger el Grammy al mejor álbum pop vocal, por 'Stronger'.

Otra de las mandamases del panorama musical actual, Beyoncé, se aseguraba un Grammy a la mejor actuación de R&B por 'Love on Top', en tanto que Taylor Swift, la nueva reina del country con un marcado acento pop, conquistaba el galardón a la mejor canción escrita para un medio audiovisual por 'Safe and Sound', cuya autoría comparte con The Civil Wars y que forma parte de la cinta 'Los juegos del hambre'

La gala previa también sirvió para que Jay-Z y Kanye West se alzasen con el Grammy a la mejor actuación de rap y a la mejor canción de ese género por 'Niggas in Paris', siendo para 'Take Care', de Drake, la distinción al mejor álbum de rap. Además Paul McCartney era distinguido con el premio al mejor álbum pop vocal tradicional, por 'Kisses on the Bottom', mientras que el colombiano Juanes levantaba el Grammy al mejor álbum pop latino por 'MTV Unplugged Deluxe Edition'. Rihanna, por su parte, se llevaba el gato al agua en el apartado de mejor vídeo musical versión corta por 'We Found Love', mientras que el galardón a la versión larga recaía en Mumford & Sons, Edward Sharpe y The Magnetic Zeros and Old Crow Medicine Show por 'Big Easy Express'.

Actuaciones

Al margen de los premios, todas las miradas han estado puestas en el aluvión de actuaciones programadas para la extensa ceremonia, entre las que han sobresalido la que han ofrecido conjuntamente tres artistas tan dispares como Rihanna, Sting y Bruno Mars, el dueto entre Elton John y Ed Sheeran, el de Dierks Bentley y Miranda Lambert, o las interpretaciones de Jack White, Carrie Underwood, Taylor Swift, The Black Keys, Mumford & Sons o fun., entre otros. También la de Justin Timberlake, que llevaba cuatro años sin cantar en la gala.

Ellos se han encargado de ambientar una noche que tha tenido a LL Cool J como principal maestro de ceremonias y entre cuyos presentadores se han contado estrellas como Prince, Beyoncé o Jennifer Lopez.