FÚTBOL | PRIMERA DIVISIÓN

Al Barça le sienta bien madrugar

Iniesta lidera la goleada culé al Getafe

BARCELONA Actualizado: Guardar
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El Barça llevaba casi medio siglo sin jugar un partido por la mañana, pero por lo visto ante el Getafe el horario matinal le sienta muy bien. Los azulgrana bordaron este domingo al mediodía el fútbol frente a los azulones, hicieron seis goles y firmaron un partido casi perfecto, con la única excepción de un fallo defensivo que propició el tanto madrileño. El cuadro blaugrana completó casi el mejor encuentro del año, gracias a la actuación estelar de Andrés Iniesta.

Ante la ausencia de Xavi, que cayó lesionado en Mestalla hace una semana, el de Fuentealbilla cogió la manija del equipo y la asumió con un temple y una maestría que por momentos parecía fútbol de salón. Desde el interior, donde le gusta jugar, el manchego se reivindicó como cerebro del equipo y lanzó un mensaje al banquillo y a Nueva York, desde donde Tito Vilanova sigue los partidos, para que se le tenga más en cuenta en el centro del campo. Hasta la fecha, Vilanova había resuelto el entuerto de tratar de cuadrar el círculo de alinear juntos a Cesc, Xavi, Iniesta y Busquets, colocando al albaceteño en el extremo izquierda. Una posición en la que hace daño, pero no tanto como el fútbol que atesoran sus botas desde la posición del 10.

Desde ahí, del interior, precisamente, Iniesta se hinchó a dar pases, no solo en corto, también en profundidad, al estilo Xavi Hernández, buscando la entrada por sorpresa de los hombres de la segunda línea. Los dos primeros goles del Barça llegaron como consecuencia de dos grandes asistencias en largo de Iniesta, sobre todo la primera (en el minuto 6), que fue para enmarcar. No había transcurrido ni un cuarto de hora y el Barça ya ganaba 2-0. El equipo catalán dejaba claro que lo de jugar por la mañana le motivaba y al Getafe se le hacía muy cuesta arriba la hora y cuarto larga que aún le quedaba de sufrimiento.

Además de la exhibición de Iniesta, la goleada, el marcador incontestable, el set tenístico que le endosó el Barça al Getafe, sirvió para que jugadores menos habituales -llamar suplentes a Villa y Alexis sería algo imprudente- se dieran un festín y se reivindicaran de cara a los choques de alto vuelo que le esperan al Barça en las próximas fechas, tanto ante el Madrid en liga y copa, como ante el Milan, en Champions. Villa y Alexis, por su aportación en ataque, pero también Thiago y Song, que sustituyeron con solvencia las bajas de Busquets y Xavi en el centro del campo, reclamaron minutos, como deben hacerlo los que no juegan tanto: demostrando en el césped que se merecen jugar y no a través de ruedas de prensa.

El Barça, aun con la ausencias, bordó el fútbol, porque fue capaz de ponerle mucho ritmo al partido. En su juego había mucha combinación, mucha imaginación, ayudas constantes, apoyos y cada futbolista aportaba soluciones al compañero y no problemas. El Barça interpretó a la perfección la presión sobre su rival, que se veía incapaz de salir jugando desde atrás. Con intensidad, el Barça gana mucho y si encima tiene profundidad, la que le dieron Alexis, Villa y los pases de Iniesta, es una máquina. Lleva 20 victorias, dos empates y una única derrota y sólo un accidente puede apartarle del título de liga.

Los 45 primeros minutos fueron una catarata de juego, aunque el resultado (2-0) era algo corto. Messi hizo su golito, el 35º del año, que suponía la decimotercera jornada consecutiva viendo portería. El argentino tenía ganas, se le veía ambicioso y de alguna manera daba la impresión de que buscaba la obra de arte en cada jugada. Pero la inspiración no siempre coge a los genios trabajando.

Tras la reanudación, el fútbol del Barça bajó algo el nivel, pero subió la efectividad. A medida que el Getafe iba perdiendo fuerzas, los goles empezaron a caer casi de dos en dos. Sobre todo en el tramo final, en el cuarto de hora que puso el colofón al partido, que se saldó con ¡cuatro goles en 14 minutos! En el Barça marcó medio equipo (Alexis, Messi, Villa, Tello, Iniesta y Piqué), un buen ejemplo de que el fútbol es un deporte de equipo y que el resultado es mejor cuando así se interpreta.