Más recortes, más dificultades
Las asociaciones de pacientes con cáncer advierten que los gastos de cada familia pueden multiplicarse por seis
MADRID Actualizado: GuardarEl Día Mundial del Cáncer, que se celebra hoy, era una jornada de reivindicación por parte de los pacientes, de los supervivientes a la enfermedad y de sus familias. Una jornada que se mezclaba cierto aire festivo con alguna reivindicación concreta, basada sobre todo en más visibilidad de este colectivo y más solidaridad por parte del resto de la sociedad. Pero, en estos tiempos de zozobra económica, la peticiones de estos colectivos se escoran hacia las cuentas. Y más en concreto, a los ajustes que todas las administraciones están haciendo en todos los ámbitos sanitarios.
La última organización en quejarse ha sido la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), que ha analizado el impacto que están teniendo los ajustes marcados en el real decreto que modificó el Sistema Nacional de Salud (SNS) el pasado año en las familias con un miembro con cáncer. Y los resultados no pueden ser más alarmantes. La AECC asegura que el coste por familia tipo -dos adultos y dos menores que gane unos 18.000 euros al año- puede multiplicarse por seis debido a la introducción de los diversos copagos. Además, esto se agrava con las dificultades que tienen las familias españolas en asumir una subida de sus gastos corrientes.
Por ejemplo, este colectivo notó la primera subida en los medicamentos antineoplásticos, que han pasado de 2,67 euros a 4,13 euros y que el paciente debe de pagar ahora. «Pero hay una discriminación entre los pacientes con quimioterapia de administración intravenosa -que se produce en los hospitales- con la administración oral, que está sujeta a copago cuando el fin es el mismo: la curación o el control de la enfermedad», indica en su informe el colectivo de pacientes. «Este hecho puede distorsionar la toma de decisiones sobre la opción terapéutica a seguir por el paciente al incluir el factor económico como un elemento a tener en cuenta», añade.
En el apartado farmacéutico, la AECC también denuncia que solo algunos medicamentos analgésicos son de aportación reducida. Esto conlleva un problema, ya que si esa persona necesita otro tipo de medicamentos, la factura final se puede encarecer. Ante estas diferencias, la asociación cree que se debe librar de cualquier aportación a «todos los fármacos antineoplásticos relacionados con una enfermedad oncológica y considerar como aportación reducida para los enfermos de cáncer de todos los fármacos que el enfermo necesite, bajo prescripción médica, para el control del dolor.
Transporte
Uno de los puntos más criticados por los pacientes oncológicos, y también por los colectivos de renales y de enfermedades raras, es el pago del transporte ambulatorio no urgente y los parámetros que se deben usar esta calificación en el traslado de personas enfermas de cáncer.
La AECC asegura que el 76% del gasto médico es en el traslado para acudir al tratamiento, sobre todo en las zonas rurales. «Si no se cubriera el transporte sanitario no urgente por parte del SNS, esta partida de gasto puede multiplicarse por tres cuando no entre en el criterio facultativo», alerta el estudio. Incluso en el caso de que el transporte sí lo tengan cubierto, el gasto en salud de esa familia tipo se ampliaría en un 4,2% durante los ocho meses que dura el tratamiento, alcanzando el 7,2% frente al 3% original.
Este desembolso podría originar que la familia se viera obligada a recortar sus gastos en necesidades básicas para cubrir el tratamiento o plantearse abandonarlo. Por eso, el informe incide en que el uso de un vehículo se determine por las necesidades del paciente. Los recortes aprobados por el ministerio y las comunidades también afectan a los supervivientes que tienen que seguir tomando fármacos. Han visto cómo su presupuesto para los medicamentos que deben continuar tomando han subido ocho puntos, pasando del 3% al 11%. En el caso de las supervivientes de cáncer de mama, después del tratamiento el mayor gasto se produce en la rehabilitación de secuelas crónicas, lo que puede suponer alrededor del 81% del gasto mensual asociado al cáncer.