Preparado para reinar
El Príncipe de Asturias cumple 45 años y aumenta su protagonismo en uno de los momentos más delicados para la Monarquía desde que don Juan Carlos llegó al trono
MADRID Actualizado: GuardarLlegaron a apodar a su padre 'Juan Carlos, el Breve'. Es difícil determinar quién fue, a mediados de los años setenta, el primero en utilizar ese sobrenombre, pero de lo que ya no cabe duda es de que erró gravemente. Lo difícil del contexto en el que llegó al trono, su falta de experiencia, el hecho de que hubiera sido nombrado por Franco y los recelos de algunos sectores políticos hacia su capacidad para 'conducir' el tránsito de la dictadura a una auténtica democracia jugaban en su contra. Y sin embargo, el suyo es ya uno de los reinados más largos de la historia de España.
El Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón y Grecia, cumple este miércoles 45 años. Lo hace en una situación también complicada para la institución monárquica. No es solo el escándalo protagonizado por su cuñado, Iñaki Urdangarín, imputado por varios delitos de corrupción. La grave crisis económica que sacude a España desde hace ya cinco largos años ha traído consigo un cuestionamiento completo del sistema que se dieron los españoles en 1978. Y eso afecta también a la Corona.
En medio de esta tormenta, la figura del Heredero se ha hecho más visible. Es difícil saber a ciencia cierta si resiste el desgaste porque el Centro de Investigaciones Sociológicas apenas ha preguntado en cinco ocasiones sobre su figura; la última en 1998. Pero si hay que fiarse de la encuesta del Instituto Elcano, del que él es presidente de honor, los españoles creen que es un buen activo para la marca España. Y ejerce: el pasado año realizó 96 viajes oficiales al exterior.
En Zarzuela insisten en que su mayor protagonismo nada tiene que ver con una sucesión inminente. La tradición es la tradición. «El Rey no abdicará jamás. A un rey solo le puede jubilar la muerte. Lo deseable por el propio asentamiento de la Monarquía en España es que el Rey muera en su cama», dijo doña Sofía a Pilar Urbano en su libro 'La Reina muy de cerca'.
Ha llovido mucho desde entonces. Un lustro. Pero el propio monarca se encargó de disipar dudas hace pocas semanas: «Estoy en forma y con ilusión para seguir», advirtió en TVE, pocos días después de su 75º cumpleaños. Es un hecho, sin embargo, que en los últimos tiempos y, especialmente a partir de su boda, la agenda de don Felipe se ha ido cargando de actividades. En 2012, sus actos casi doblaron en número a los protagonizados por don Juan Carlos, sometido a tres operaciones de cadera.
Tarde lo que tarde, si en algo coinciden buena parte de quienes han tenido ocasión de tratarlo es en que está perfectamente capacitado para ocupar el trono cuando corresponda. Y pocos creen, además, que la continuidad de la Corona peligre; sobre todo, entre los dos principales partidos políticos. « Tengo la sensación de que en un momento como este la gente quiere normalidad democrática e institucional y eso es lo que representa el Príncipe para quienes no hemos conocido la dictadura», dice el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, dos años más joven que don Felipe.
Como su padre, cultiva las relaciones con quienes hoy ocupan lugares clave en la sociedad: políticos, empresarios, periodistas, gente del mundo de la cultura, de la ciencia... Los que están ahora y, sobre todo, los que estarán cuando llegue su momento. Así se mantiene al día de lo que ocurre en su país. «Hay una cosa que está haciendo muy bien: enlazar con su generación -apunta el vicesecretario de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons (48 años)-. Somos gente agobiada por el éxito que tuvieron nuestros padres en un momento difícil para España y tenemos que demostrar que en una situación mejor sabemos estar a la altura».
Alianza sólida
Según dejó escrito Santiago Carrillo en sus 'Memorias', don Juan Carlos siempre pensó que el gran error de Alfonso XIII estuvo en no contar con la izquierda. «Tiene un indudable olfato para la política y un gran don de gentes. Y en ese momento, estoy seguro -dijo sobre una de sus entrevistas durante la Transición-, ya estaba pensando en la necesidad de un período de Gobierno con el PSOE a fin de centrar y equilibrar la monarquía».
Ese vínculo sigue vivo. «Soy un caso prototípico de la Transición: un republicano que vive cómodo en la Monarquía», dijo recientemente Alfredo Pérez Rubalcaba. El secretario general del PSOE tiene un alto concepto del Heredero. «Que es el sucesor a la Corona mejor preparado de la historia no solo se deduce de su currículum; es algo que demuestra cada día, y que constatamos quienes tenemos la fortuna de tratar personalmente con él», dice con convicción.
En la generación posterior es también fácil encontrar buenas palabras hacia quien es descrito, de manera sistemática, como enormemente trabajador, meticuloso, conocedor de todos los temas y pegado a la realidad, cordial como su padre pero «más comedido, en todos los sentidos», dicen algunos, como su madre, de la que también se distingue. «Ha sabido salir de ese círculo elitista en el que había crecido y eso habla a su favor», apunta el diputado navarro Juan Moscoso (46 años). Son muchos los que creen que su matrimonio con Letizia Ortiz ha sido, en ese sentido, determinante.
Eduardo Madina (36 años), secretario general del grupo parlamentario socialista, dice de él, que «tiene el país en la cabeza» y «el reloj en hora con su generación»; algo que, asegura, pone de manifiesto cuando habla de cine, de libros, de grupos de música. «Soy republicano de pensamiento y de filosofía, ahí no tengo duda -añade-, pero he aprendido a comprender el papel de esta Monarquía y ahora que está en horas bajas no me importa nada reivindicarla. Este sistema tiene algunas piedras de sujeción; una de ellas es el modelo de la jefatura del Estado».
Una pata más: los sindicatos. «La relación del Príncipe es muy cordial. Es una persona respetuosa con la labor que realizan los representantes de los trabajadores y que conoce la importancia de que nuestro país mantenga unas relaciones laborales equilibradas», apunta el secretario general de UGT, Cándido Méndez. El líder sindical define a Felipe de Borbón como «una persona afable, muy formada, gran conocedor de la actualidad y que sabe escuchar; que en momentos como estos, en los que es fundamental poner a las personas como objetivo de las políticas económicas y sociales -dice-, es muy importante».
Silencios
No es que todo el mundo tenga buenas palabras para el futuro Rey. Algunos no las tienen, ni buenas ni malas. Más allá de decir que «debería contribuir a que haya un referéndum sobre monarquía o república en este país», Izquierda Unida renuncia a pronunciarse. Artur Mas compartió recientemente un viaje en AVE con el también Príncipe de Gerona en la inauguración de la línea Barcelona-Figueras, junto a Mariano Rajoy, pero en la Generalitat también prefieren guardar silencio y lo mismo ocurre con el ejecutivo nacionalista del País Vasco.
En todo caso, parece obvio que el anclaje de don Felipe en la España de hoy es sólido. Si UGT alaba su sensibilidad, Juan Rosell, presidente de la CEOE, asegura que su implicación ha sido «inestimable para abrir puertas y consolidar mercados a las empresas españolas». Domina el francés y el inglés, como pudo verse hace apenas diez días en el 'Spain Investor's Day', y desde hace ya varios años acude a las tomas de posesión de los mandatarios Iberoamericanos. De hecho, en alguna ocasión su papel ha sido fundamental para desencallar conflictos en las relaciones económicas.
El director del Instituto Cervantes, Victor García de la Concha, recuerda el viaje que ambos compartieron a Estados Unidos en junio del pasado año. «Asistí a la conferencia que ofreció en el Kennedy Center de la Universidad de Harvard; allí había gente de la Universidad de Boston, de Princeton, de Brown... y pude recoger de boca de profesores, algunos hijos de republicanos españoles, la gratísima sorpresa ante su magnífica preparación», sostiene.
No es el único que se confiesa «impresionado» por su conocimiento de la situación geopolítica. «Pese a lo complejo que es este mundo -dice el director del CNI y exjefe del Estado Mayor de la Defensa, Félix Sanz Roldán- cuando se despacha algún asunto con él siempre acepta el reto de pensar y siempre llega a un juicio acertado. Aunque alguno crea que soy excesivo en el elogio, me lo ha demostrado».
Don Felipe parece haber tejido, pues, lazos fundamentales para consolidar su figura en la España que viene. Hay quien asegura que la nueva política de comunicación de la Casa Real, más aperturista, es obra suya e incluso que fue él quien animó a don Juan Carlos a pedir perdón por el incidente de Botsuana, un gesto mal comprendido por los monárquicos de raza.