EGIPTO

Mursi decreta el estado de emergencia para frenar la violencia

Estará vigente durante treinta días en las provincias de Port Said, Suez e Ismailiya

EL CAIRO Actualizado: Guardar
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El presidente de Egipto, Mohamed Mursi, ha decretado el toque de queda y el estado de emergencia durante treinta días en las provincias de Port Said, Suez e Ismailiya, afectadas por los últimos actos de violencia. En un mensaje a la nación difundido por la televisión estatal egipcia, Mursi ha instado también a las fuerzas políticas a mantener mañana una reunión para dialogar e intentar salir de la crisis que atraviesa el país.

El mandatario ha anunciado que el toque de queda en esas tres provincias estará vigente entre las 21.00 hora local (19.00 GMT) y las 06.00 hora local (04.00 GMT). "Siempre he estado en contra de medidas excepcionales, pero me he visto obligado a hacerlo, por lo que he decidido anunciar el estado de emergencia y el toque de queda en Ismailiya, Port Said y Suez", ha señalado Mursi, que ha agregado que tomará más medidas de ese tipo "si sigue la situación y por el bien de Egipto".

La decisión de Mursi se produce después de que este domingo hayan estallado nuevos disturbios en la capital egipcia, a la vez que los masivos funerales por la treintena de fallecidos la víspera en la ciudad de Port Said se han visto empañados con la muerte de varias personas y centenares de heridos.

Al menos siete personas han muerto en Port Said, entre ellas dos jóvenes y un adolescente de 16 años. También ha habido 630 heridos a causa de disparos de desconocidos, por fracturas o con síntomas de asfixia por inhalar gases lacrimógenos.

Los gases fueron lanzados desde las comisarías, según la televisión estatal egipcia, al tiempo que decenas de miles de personas despedían por las calles de la localidad a 29 de los 31 muertos ayer en los disturbios. Posteriormente, los choques entre manifestantes y policías se sucedieron frente a las comisarías de Port Said, sumido en una espiral de violencia después de que ayer un tribunal recomendara la pena de muerte para 21 acusados de participar en febrero pasado en la masacre de 74 personas en el estadio de fútbol local. El Ejército egipcio, que se encuentra desplegado en el canal de Suez, comisarías y otras dependencias, ha reclamado contención y "autocontrol" a los habitantes de esa localidad mediterránea.

Mursi ha expresado su pesar por los fallecidos y ha llamado a respetar las sentencias judiciales "porque no van en contra de un sector en concreto ni están a favor de ningún otro". Además, ha pedido que se diferencie la manifestación pacífica de opiniones de las agresiones contra las propiedades del pueblo, consideradas estas últimas como "prácticas ajenas a los egipcios".

"He dado órdenes al Ministerio del Interior para que trate con firmeza y fuerza a los que intimidan a la gente, llevan armas, cortan calles, lanzan piedras, atacan las instituciones y a las fuerzas de seguridad", ha añadido el presidente egipcio, que ha dicho no vacilar cuando se trata de proteger a los egipcios.

Escaramuzas cerca del Ministerio del Interior

En El Cairo, los enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas del orden se reanudaron en las inmediaciones de la plaza Tahrir como el puente de Qasr al Nil, mientras que otros accesos al centro de la capital fueron bloqueados por manifestantes. La relativa calma de las primeras horas de la mañana se vio, además, alterada por continuas escaramuzas cerca del Ministerio egipcio del Interior, que se sumaron a los ataques registrados por la noche contra comisarías de la capital y otras ciudades.

Por su parte, la Fiscalía egipcia ha ordenado detener a 23 acusados de participar en los choques frente al Consejo local de la ciudad mediterránea de Alejandría, lo que ha motivado la protesta de decenas de familiares de los arrestados.

Otras trece personas han sido detenidas en la provincia de Sharqiya, en el delta del río Nilo, por cometer supuestos actos de sabotaje, en tanto que en Ismailiya (este) han sido liberados 26 acusados de irrumpir en un edificio gubernamental.

Las autoridades siguen sin controlar el brote de violencia que, aunque ha disminuido desde el pasado viernes -cuando se conmemoró el segundo aniversario de la revolución que derrocó al presidente Hosni Mubarak-, ya ha causado 43 muertos y centenares de heridos en el país.

Marcha hacia el Parlamento egipcio

El Consejo de Defensa Nacional, máximo órgano de decisión en asuntos de seguridad de Egipto, abrió ayer la posibilidad de decretar un toque de queda o el estado de emergencia para preservar los edificios vitales del Estado. Consciente de la grave crisis que atraviesa Egipto, este órgano -en el que participa el presidente egipcio, Mohamed Mursi- convocó a las fuerzas políticas a participar en un diálogo nacional para resolver los puntos de fricción existentes.

Esta invitación ha sido hoy aceptada por la Corriente Popular Egipcia, dirigida por el líder opositor izquierdista Hamdin Sabahi, que ha puesto como requisitos el fin de la violencia la asunción de responsabilidades por parte de las autoridades y una agenda clara con prioridades como la situación económica.

Dicho diálogo nacional también pretende lograr un acuerdo para garantizar las próximas elecciones legislativas, que el Frente de Salvación Nacional -FSN, principal grupo opositor- ha amenazado con boicotear si no se suspende la Constitución actual y se forma un gobierno de unidad nacional.

La vocación de diálogo no ha impedido al grupo de Sabahi, integrante del FSN, organizar junto con otros partidos y movimientos revolucionarios una marcha "pacífica" que partirá mañana hacia la sede del Parlamento egipcio en repulsa por los últimos altercados. Tal convocatoria coincide con el segundo aniversario del denominado 'Viernes de la Ira', que se caracterizó por la dura represión del régimen de Mubarak contra los manifestantes.