Tim Jarvis tratará de cruzar el oceáno austral en barca. / Reuters
VIAJES DE AVENTURA

Cruzar el océano austral en una barca

El aventurero Tim Jarvis y otro cinco exploradores zarparon de la isla Elefante rumbo a la de Georgia del Sur, a 1.480 kilómetros

SIDNEY (AUSTRALIA) Actualizado: Guardar
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Un aventurero anglo-australiano que recientemente se ilustró reeditando la expedición antártica de Douglas Mawson en 1911, se hizo a la mar este jueves para intentar cruzar el océano Austral a bordo de un modesto bote, en las peligrosas circunstancias que vivió Ernest Shackleton en 1916. Tim Jarvis y cinco tripulantes más salieron de la isla del Elefante, en la punta del Antártico, rumbo a la Georgia del Sur, en una réplica del ‘James Caird’, el bote salvavidas con el que Shackleton fue en busca de ayuda tras naufragar su barco apresado por los hielos.

Las dos islas distan 800 millas marinas (1.480 km).Las condiciones de salida eran buenas, con vientos moderados y mar favorable, pero la expedición debería toparse rápidamente con los grandes peligros de los mares del Sur, ballenas, icebergs y paredes de agua. Los seis aventureros llevan estrictamente el equipo de supervivencia y navegación que le permitió a Shackleton llegar a la Georgia del Sur. Tras unos 16 días de mar, deberán franquear el relieve de la isla, que culmina a 900 metros, para descubrir el antiguo puerto ballenero de Stromness.

"Somos conscientes de los peligros pero creemos en nuestro barquito, nuestro formidable equipo y el espíritu y el valor que nos animan para honrar la leyenda de Shackleton", declaró Yom Jarvis."Espero que la expedición nos recuerde hasta qué punto esta parte del mundo es increíblemente hermosa pero igualmente frágil", añadió el explorador y ecologista. Hay un pequeño detalle, el bote irá escoltado por un barco.

En 1914, Ernest Shackleton lanzó el barco ‘L'Endurance’ al asalto de los mares del Sur, con 27 hombres a bordo, con la esperanza de recorrer a pie la Antártida, entre el mar de Weddell y el mar de Ross. La aventura duró dos años. Se saldó con un fracaso pero la epopeya de Shackleton en el infierno blanco entró en la leyenda.

Rodeado y luego estrujado por los hielos en diciembre de 1915, el ‘L'Endurance’ fue abandonado. Shackleton y sus hombres se llevaron todos los víveres que pudieron y se refugiaron en la isla del Elefante, en el extremo norte del casquete antártico. Consciente de que nadie acudiría en su auxilio, montó una expedición con idea de llegar a la Georgia del Sur, con el mínimo de equipo y raciones de alimentos.

Este episodio, que tuvo un final feliz -Shackleton regresó meses después para socorrer al resto de la tripulación- marca "el fin de la era heroica de exploración que inauguró en 1895 el primer ser humano que desembarcó en la Antártida, y concluyó con la Primera Guerra Mundial", según Jarvis. Shackleton es uno de los grandes nombres de la historia de la exploración en la Antártida, junto con el noruego Roald Amundsen, que en 1911 fue el primer hombre que llegó al polo Sur, el australiano Mawson y el británico Robert Falcon Scott.

Miembro de la expedición polar de Scott en 1901, Shackleton y su mentor mantuvieron después una rivalidad sin cuartel. Scott falleció derrotado, en 1912, aventajado en cinco semanas por Amundsen en el polo Sur. Shackleton murió diez años después de un ataque al corazón a la altura de la Georgia del Sur, en el transcurso de su cuarta expedición. Está enterrado en la isla. Su nieta Alexandra, que dio su nombre al bote, transmitió sus deseos de éxito a la expedición citando a su abuelo: "Las dificultades están hechas para superarlas".