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El Barça pasa a ‘semis’ a lo grande

Los azulgrana se enfrentarán al Madrid en una eliminatoria de alto voltaje

BARCELONA Actualizado: Guardar
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El Barça afrontaba el primer ‘match-ball’ de la temporada y lo resolvió a lo grande: metiéndole cuatro al Málaga, remontando una eliminatoria que se le puso muy cuesta arriba en el Camp Nou y dando una imagen imponente.

Tras la derrota en Anoeta, el equipo tenía que dar el do de pecho y lo hizo con un gran partido, ante un gran rival, el Málaga, que mientras le aguantó el físico tuteó e incluso superó por momentos al Barça, sobre todo, en la primera parte en la que brilló un Joaquín muy motivado.

Aunque algún sufrido culé, los más ancianos, que siempre dicen que están acostumbrados a sufrir, temió por momentos en los penaltis, ya que el Málaga fue capaz de forzar el empate a dos, un empuje final del Barça desequilibró la balanza e hizo justicia con lo que se vio sobre el césped de La Rosaleda. De tal manera que ya está servida la semifinal explosiva que enfrentará al Madrid con el Barça. En la Supercopa, en verano, ganó el cuadro blanco, pero aquello ya no cuenta. Ni los 15 puntos que le mete el Barça al Madrid en liga. La emoción de la Copa vuelve en grado superlativo.

El caso es que el partido acabó grande y arrancó a lo grande, de altos vuelos, con dos equipos entregados a la causa y con la portería entre ceja y ceja. Y además, empezó como tiene que empezar todo choque importante que se precie, con un intercambio de golpes que invitaba a la esperanza de ver un encuentro vivo, dinámico, de ida y vuelta.

Sobre el minuto 8, Xavi rompió el fuera de juego con un gran pase sobre la subida de Alves, que ganó la línea de fondo y lanzó el pase de la muerte a Pedro, quien fue capaz de poner, de cabeza, el primer tanto en el electrónico. El Barça, que acudía con desventaja a La Rosaleda, cogía aire, se ponía con la eliminatoria de cara y daba un puñetazo en la mesa.

El conjunto azulgrana saltó a intimidar, a tirar de pedigrí, pero el Málaga no se amilanó. Sobre todo Joaquín, excelente futbolista que cuando está en forma y encuentra la motivación adecuada no tiene nada que envidiar a los más grandes. El conjunto malagueño equilibró en seguida el choque tras una contra endiablada. Duda encontró a Joaquín en el centro del borde del área, le puso el balón entre los dos centrales, y del Puerto de Santa María buscó el primer palo de un disparo raso y preciso que Pinto no pudo atajar. Entre Mascherano y Piqué no cerraron bien a Joaquín y el exbético hizo el resto. Golazo para el Málaga y vuelta a empezar para el FC Barcelona, que llevaba la losa de los dos goles encajados en la ida.

El partido tuvo de todo: goles, tarjetas, emoción, nervios, una grada que apretaba de lo lindo y un árbitro dispuesto a cortar de raíz cualquier intento de violencia. Un partido copero clásico, en el que los dos técnicos, Manuel Pellegrini y Jordi Roura (Vilanova estaba ausente por su tratamiento médico) se la jugaron sin miedo al precipicio de la eliminación. El premio era grande, el pase a las semifinales, con el Madrid esperando en capilla, y el Barça no reservó nada. Roura tiró de once de gala y puso a lo mejor que tiene en estos momentos: Messi, Pedro e Iniesta de tripleta atacante, con Cesc, Busquets y Xavi de escuderos en el centro del campo. El Málaga, por su parte, planteó un 4-4-2, en el que Santa Cruz y Joaquín actuaban en punta y Camacho, Iturra, Seba y Duda robaban rápido para lanzar las contras.

Tras la reanudación, ¡más madera, que es la guerra!. El Málaga siguió con su plan inicial, presionar al Barça muy arriba, para ahogarle en la salida de balón, y los azulgrana intentaban deshacerse de la presión imprimiendo una velocidad más al juego y lanzando a los dos laterales, Alves y Alba, que actuaban casi de extremos.

Ambos se lanzaron a por la victoria, pero los azulgrana dieron primero. Iniesta pasó sobre Piqué (¿qué hacía allí el central?), controló de pecho y sin dejarla caer batió a Kameni . Minuto 48 y el gol valía su peso en oro, porque neutralizaba los dos goles encajados por los azulgrana en el Camp Nou. El Málaga perdía el factor campo y, sobre todo, al campeón se le veía herido y con un hambre voraz por la victoria. Si por algo es grande este Barça es, además de por el juego que hace, porque sus jugadores son insaciables, son excelentes competidores. Con media hora por delante, el Barça tenía al Málaga contra las cuerdas, pero no daba el golpe definitivo. Los malacitanos no tiraban la toalla pero pagaban el despliegue físico de la primera parte. La presión que ejercían ya no hacía tanto daño. Y el Barça podía tocar como le gusta. El Málaga estaba casi noqueado, aunque el Barça perdonó y en una jugada de despiste, bien llevada por los andaluces, Santa Cruz hizo el empate. Los nervios equilibraron el choque por momentos, si bien pocos, porque Iniesta primero y Messi después acabaron de poner las cosas en su sitio a falta de un cuarto de hora.