Posturas distantes ante la negociación sobre el futuro de Iberia
La compañía y los pilotos suscriben el compromiso de conversar hasta el 31 de enero sin medidas de fuerza, ante el riesgo evidente de huelga en otros colectivos
MADRID Actualizado: GuardarTan gélidas como el clima reinante estos días en el país. Así es como se encuentran en estos momentos las relaciones entre Iberia y la media docena de sindicatos que representan a su personal de tierra y vuelo (más del 93% de sus 21.000 trabajadores), con los que apenas sí se han iniciado las negociaciones para tratar de rebajar los efectos del severo plan de ajuste anunciado por la compañía el pasado 9 de noviembre. De hecho, hasta este miércoles no se firmó entre la empresa y el sindicato de pilotos (SEPLA) el acuerdo marco que recoge los objetivos generales de cara a esas conversaciones, y que ya fue suscrito el pasado 17 de diciembre por el resto de colectivos.
Uno y otro acuerdo recogen básicamente los mismos "compromisos" que, por otra parte, adolecen de la concreción y los detalles deseados por los sindicatos. Así, en la aerolínea siguen sin querer hablar de posibles planes de crecimiento -"no podemos avanzar más de lo que recoge el Plan de Transformación", señalaron fuentes de Iberia, donde básicamente se incluyen reducciones de costes (y no se precisan futuras inversiones) con el objetivo de mejorar sus resultados operativos en 600 millones de euros entre 2013 y 2015-, mientras que desde el SEPLA insisten en que la falta de voluntad de Iberia para hablar sobre "un plan de futuro, de crecimiento y de recuperación de la producción" más allá de los recortes les hace ser "pesimistas" respecto al resultado de esta nueva ronda de conversaciones.
Empresa y sindicatos, "conscientes de la urgencia de conseguir un resultado que permita" a Iberia "recuperar la senda de la rentabilidad", han acordado "hacer los mejores esfuerzos" para lograr un principio de acuerdo -o, al menos, acercar bastante posturas- antes del próximo 31 de enero…. "o fecha posterior que las partes acuerden", según reza en el referido acuerdo marco. Durante este tiempo, es decir, mientras prosigan las reuniones (este jueves hay nuevas convocatorias de la compañía con los representantes de sus tres principales colectivos), se da por sobreentendido que no habrá medidas de fuerza como convocatorias de huelga, una posibilidad que en el caso concreto del SEPLA ya había descartado de antemano hasta ver si Iberia cumple finalmente los términos del laudo arbitral resuelto el pasado 21 de diciembre.
"Casi nulos" avances
Sin embargo, los tripulantes de cabina y los trabajadores de tierra advirtieron en las últimas horas de que dados los "casi nulos" avances en las dos reuniones mantenidas hasta ahora con el personal de vuelo y tierra, "si la situación no mejora la próxima semana", no descartan volver a convocar una reunión de la plantilla para estudiar la conveniencia de recuperar distintas medidas de presión, incluidos los seis días de huelga previstos para mediados de noviembre y finalmente desconvocados. "Les estamos advirtiendo de que esto nos lleva al conflicto de manera irremediable", apuntaron fuentes sindicales ante la negativa de la aerolínea para recuperar el plan estratégico 2012-2015 (superado en la práctica por el citado Plan de Transformación), "prolongándolo incluso hasta 2017 y profundizando en las medidas de sostenibilidad que fueran necesarias".
El documento suscrito por los pilotos (similar al firmado por el resto de sindicatos) solo recoge promesas genéricas por parte de la compañía -salvo la continuidad de los negocios de mantenimiento y 'handling' en los términos actúales…, "siempre y cuando se alcancen los niveles de rentabilidad" que se establezcan, o la aplicación "prioritaria" del ERE menos severo ya en vigor en la empresa desde 2001- como, por ejemplo, hacer sus "mejores esfuerzos" para recuperar aquella producción que realizan otros operadores con código IBERIA, es decir, las actividades que hayan podido ser traspasadas 'de facto' a su socio British Airways durante los últimos meses. No obstante, tampoco contempla obligaciones concretas para la plantilla, más allá de buscar alternativas a una reducción forzosa de 4.500 empleos (una cuarta parte de los puestos actuales) y una bajada salarial de hasta el 35% que permitan “los fines de mejora de resultados” en el horizonte de 2017 y el ajuste de costes que persigue la compañía.