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«El reconocimiento de Palestina en la ONU es una transformación importante y de gran calado»
Ignacio Álvarez-Ossorio, profesor de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Alicante, analiza la palanca diplomática para desbloquear el diálogo entre israelíes y palestinos
MADRID Actualizado: GuardarLa ONU admitió el pasado 29 de noviembre a Palestina como Estado observador por una contundente mayoría de votos: 138 países se pronunciaron a favor, solo nueve en contra y 41 se abstuvieron. La mayor parte de los países europeos, incluidos España, Francia, Italia o Portugal, votaron a favor de la resolución que pone a la misma altura de representación a Palestina y el Vaticano. Otros, como Alemania, el Reino Unido y algunos países del Báltico, optaron por la abstención. La organización multinacional daba así su respaldo más importante a los derechos de soberanía de los palestinos sobre el territorio ocupado ilegalmente por Israel desde 1967. Israel y Estados Unidos volvieron a emerger como bastiones frente a la mayoritaria opinión internacional. Juntos a ellos votaron la República Checa, Canadá, Panamá, Nauru, Palau, Micronesia y las Islas Marshall.
Aunque de momento no tenga consecuencias prácticas en la situación sobre el terreno, la votación en Naciones Unidas brinda a la Autoridad Palestina una importante arma jurídica y diplomática que defender sus derechos y la reivindicación de la fórmula ‘dos pueblos dos Estados’. Para Ignacio Álvarez-Ossorio, profesor de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Alicante, el reconocimiento “supone una transformación importante y de gran calado, habida cuenta de que Israel está cada vez más aislado en el contexto regional y también en el internacional”. A su juicio, muchos países podrían llegar a considerar a Israel como un ‘Estado canalla’ por sus violaciones de las resoluciones de la ONU y las convenciones internacionales, evidenciando que no apuesta por la existencia de dos Estados. Para Álvarez Ossorio, la mayor prueba de esta actitud israelí de oposición a cualquier avance en este sentido la constituyen “los pasos que están dando sobre el terreno para la construcción de asentamientos y la explotación de nuevas tierra para imposibilitar que algún día exista un Estado palestino con continuidad territorial”.
Los palestinos tratan ahora de explotar el éxito de la ONU y la corriente favorable a sus tesis y en la actualidad trabajan en una nueva propuesta negociadora para rompa la falta de diálogo en estos dos últimos años. La iniciativa pondrá a Israel en un brete, ya que le insta a volver a la mesa de negociaciones y a suspender la ampliación de los asentamientos ilegales. En caso de rechazo, los palestinos, reforzados por su reconocimiento en la ONU, podrían recurrir a la legislación e instituciones internacionales. Un nuevo marco y un nuevo clima que tratan de impulsar cambios a lo largo de 2013 en un conflicto que se prolonga por más de seis décadas y que constituye uno de los grandes epicentros de inestabilidad y violencia en Oriente Próximo.