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«Pasó de ser la partícula maldita a ser la partícula de Dios»
El físico y teólogo Javier Sánchez Cañizares analiza el hallazgo del CERN de un elemento subatómico cuya descripción coincidía con el Bosón de Higgs
MADRID Actualizado: GuardarLo que era solo una teoría se ha demostrado de manera empírica, dado que el margen de error es un porcentaje deleznable. El 4 de julio de 2012 los científicos del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), afincado cerca de Ginebra, confirmaron que habían descubierto una partícula que coincidía con la descripción que explicaba el bosón de Higgs, una tesis expuesta en 1964 por Peter Higgs y otros colegas. El hallazgo es fundamental, por cuanto permite entender por qué los objetos, desde el más nimio grano de arena a la estrella más grandiosa, tienen masa. El paso adelante dado por la ciencia merece, según la revista ‘Science’, el título de “descubrimiento científico de 2012”
Hace casi medio siglo Peter Higgs y otros físicos plantearon la existencia de lo que se dio en llamar campo de Higgs, con el que las que partículas fundamentales interactuarían para adquirir su masa. Entonces no dejaba de ser una hipótesis. Para llegar a una constatación de este calibre, que todavía no es del todo definitiva, los físicos han requerido disponer del Gran Colisionador de Hadrones (LHC), el acelerador de partículas más potente que ha construido el ser humano. Los resultados de los experimentos dirigidos a corroborar el hallazgo van por buen camino. En todo caso, los físicos están persuadidos de que la partícula existe más allá de toda duda razonable.
Para llegar a este punto, se ha llevado a cabo toda una serie de experimentos muy exigentes. Los técnicos que manejan el LHC terminaron a mediados de diciembre la primera ronda de colisiones de protones, un proceso que ha durado tres años, en los cuales se han producido seis mil billones de choques. Gracias a ello, la investigación ha llegado a buen puerto, según todos los indicios, y se ha podido observar la tan escurridiza partícula.
Y, a todo esto, qué significa el tan cacareado avance. Higgs y otros compañeros idearon el modelo estándar (una especie de sistema periódico del mundo subatómico) y defendieron una teoría cuántica de campos como explicación matemática de las partículas elementales halladas en los aceleradores.
Resistencia
De acuerdo con la teoría Higgs, existe un campo que permea todo el Universo, y las partículas se mueven a través de ese campo igual que los peces lo hacen a través del agua o un avión a través del aire. Cuanto mayor es la partícula, más resistencia encuentra al moverse. Así las cosas, la masa sería la cantidad de resistencia encontrada por las partículas al moverse por el campo de Higgs. Algunas partículas, como los fotones, carecen de masa y pueden viajar a la velocidad de la luz. Pero se trata de una excepción. Todas las demás (protones, electrones, neutrones...) viajan más despacio porque encuentran esa resistencia e interactúan con las ‘piezas’ mínimas que componen el campo, esto es, los bosones de Higgs. Cuando colisionan con ellos, las partículas pasan de ser “paquetes de energía” a "paquetes de materia". Por esta razón y no otra existen los objetos sólidos, entre ellos el hombre. El bosón de Higgs, de su lado, obtiene su masa directamente del campo del que participa.
Porque el bosón de Higgs tiene una doble naturaleza: es a la vez una partícula y un campo ondulatorio que permea todo el espacio. Para simplificar las cosas, se puede decir que el modelo estándar explica, entre otros asuntos, que tanto los protones como los neutrones, que son las partículas que constituyen el núcleo de los átomos, tienen una estructura interna y están a su vez formados por el confinamiento de otras partículas elementales que son los quarks. Estas piezas —las partículas elementales— serían los elementos constitutivos de la materia, los ladrillos que componen todo lo material.
Esta teoría ofrece permite entender cómo las partículas interactúan a través de fuerzas electromagnéticas, fuerzas nucleares débiles y fuerzas nucleares fuertes a fin de formar la materia en el universo.
El descubrimiento ha sido arduo y costoso. No en vano, el coste del acelerador se eleva a 5.500 millones de dólares. Miles de investigadores han trabajado en el CERN con dos detectores de partículas gigantescos, conocidos como ATLAS y CMS para dar con el paradero del bosón.