Litvinenko, espía español
El abogado del agente ruso envenenado con polonio asegura que trabajó para el CNI y el MI6
MADRID Actualizado: GuardarEn el 2006, la muerte de Alexander Litvinenko levantó una oleada de suposiciones y especulaciones que recorrieron toda Europa, desde Londres hasta Moscú. El agente secreto de origen ruso falleció tras ser envenenado con polonio radiactivo dando paso a un mediático caso que todavía está muy lejos de esclarecerse. El último capítulo de este largo 'thriller' digno de vertebrar el argumento de cualquier guión de una película de espías ha sido protagonizado por el abogado de la viuda de Litvinenko, Ben Emmerson, que afirma que este trabaja para el Centro Nacional de Inteligencia del Gobierno Español y el MI6 británico.
El letrado ha asegurado, en un testimonio publicado por el 'Evening Standard' y recogido por algunos medios británicos, que este trabajó para ambos servicios de inteligencia y que el pago por su trabajo lo recibía en una cuenta corriente cuya titularidad compartía con su esposa.
Emmerson ha asegurado que Litvinenko trabajó con otro espía del KGB, Andrei Lugovoi, y que incluso tenían previsto un viaje a España para declarar acerca de los vínculos entre la mafia rusa y el Kremlin. Lo curioso de esta situación es que Lugovoi es uno de los principales sospechoso de la muerte de su colega, cuyo envenenamiento se produjo en un hotel de Myfair mientras bebía té en una reunión con otros excompañeros de trabajo.
El abogado ha afirmado que cuando cayó enfermo realizó una llamada desde el mismo hospital para cancelar su traslado a España. Para apoyar sus tesis, Emmerson recordó un cable de los que fueron filtrados por Wikileaks que hacía referencia a pruebas sobre el supuesto control que ejercían departamentos como el KGB y otros cuerpos de seguridad sobre círculos del crimen organizado en Rusia.
El próximo año la Fiscalía volverá a dar una nueva vuelta de tuerca con una nueva investigación ante la insistencia de Maria Litvinenko. Esto puede llevar a un nuevo capítulo de tensión entre el Ejecutivo británico y el Kremlin, que se ha mostrado sistemáticamente en contra de extraditar a los posibles implicados en el fallecimiento de Litvinenko.