El Eibar profana San Mamés

El Athletic de Bilbao, vigente subcampeón de la Copa del Rey, quedó eliminado de su torneo fetiche. Los de Marcelo Bielsa fueron incapaces de ganarle al Eibar, rival de Segunda B, en 180 minutos y terminaron empatando a un gol. Resultado que les deja fuera de la competición. No lograron en ningún momento imponer su jerarquía en San Mamés en un ejercicio de falta de actitud memorable.

El Eibar profanó un estadio histórico que acogió su último encuentro de la competición del K.O. gracias a un gol de penalti marcado por Arruabarrena, un delantero que pasó por Lezama y que coincidió con Llorente y Amorebieta durante su etapa en el Bilbao Athletic. El gol fue clave en la eliminatoria tras el empate a cero de Ipurua.

El guipuzcoano dio la puntilla a un equipo que sigue decepcionando en una temporada nefasta dentro y fuera del terreno de juego. Los rojiblancos continúan en proceso de autodestrucción con otra actuación lamentable. Aduriz anotó el empate pero era ya tarde para reaccionar. Los últimos minutos a la carga, sin ideas y con Bielsa alentando a los suyos no pudieron ser más dramáticos. Los armeros se clasificaban para los octavos de final y se enfrentarán al Euro-Málaga.

Comenzó el duelo intenso pero se fue apagando poco a poco. Cogió un tono insulso y falto de ritmo que le venía mejor al Eibar, hasta el punto de hacerse con el control del juego en el ecuador de la primera mitad encadenó varias llegadas con cierto peligro. La primera oportunidad reseñable fue un cabezazo de Llorente a centro de Ramalho que al campeón del mundo, pareció que agarrado por su par, se le marchó fuera. Los pitos de La Catedral sobre el riojano eran constantes. Hace tiempo que el problema dejó de ser el desencuentro entre la afición y el ariete. El problema viene de actitud, de fútbol...

Respondieron los visitantes casi al instante con una jugada de Mainz que remató Abaroa, aunque sin opciones de poner en dificultades a un Raúl tan inactivo como Xabi Irureta en toda la primera parte. Bóveda se interpuso en un duro disparo de Ibai ya dentro del área, a la altura del vértice izquierdo del ataque local, y fue la única vez en la que se mascó un tanto en todo un primer tiempo tan frío en el terreno de juego como la temperatura ambiente: gélida.

Ante el pobre rendimiento de su equipo, Bielsa reaccionó en los vestuarios y decidió la entrada en el campo de Susaeta y Aduriz en lugar de Ramalho y Llorente. El argentino pudo cambiar a cualquiera porque, excepto Raúl, ninguno de los jugadores de campo estuvo afortunado. El Athletic mejoró de la segunda parte y encadenó hasta cinco córneres en diez minutos pero la suerte no estaba del lado rojiblanco. Ambos dejaron el choque en su último cuarto en manos de quien marcase primero.

Lejos queda ya aquel Athletic con personalidad y hambre de éxito. Aquel que ilusionó a una ciudad. Ese que hace solo unos meses jugaba la final ante el Barcelona en Madrid. Los 'leones' coleccionaban elogios y podían ganar a cualquiera. Ahora, no han podido ante un Segunda B. El Barco de Bielsa está a la deriva. No se ha llegado a Navidades y el Athletic ya no está en ninguna de las dos competiciones en las que la temporada anterior llegó a la final. No hay consuelo para el Athletic.