El doctor Gustavo Ossola participa en el proyecto 'AngeLab'. / Abel Alonso (Efe)
salud

Once millones de euros para dejar atrás la amniocentesis

La UE pone en marcha un poyecto de investigación para desarrollar un dispositivo que permita diagnosticar, con un grado de fiabilidad del 99%, cualquier enfermedad genética del feto a partir de sangre materna

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

¿Y si la amniocentesis pasara a ser historia? Esto es lo que trata de conseguir un proyecto de investigación en el que participan siete países europeos, entre ellos España. Su objetivo es desarrollar un dispositivo que permita el diagnóstico prenatal no invasivo de enfermedades genéticas y evite recurrir a esta técnica invasiva para la mujer gestante. Pero el reto es muy alto, ya que buscan una fiabilidad del 99%.

Esta prueba consiste en una analítica específica en sangre (una sola gota de sangre materna bastaría) para ser practicada en la semana once de embarazo, aunque se puede repetir en la semana 18 de gestación para una confirmación de la anomalía si la hubiera. Las ventajas son principalmente tres: su precisión, su capacidad de ahorrar costes y el hecho de que no ponga en riesgo en ningún momento al bebé (como sí sucede con la amniocentesis).

Un 'test' de este tipo, con un precio que oscilaría entre 100 y 200 euros, podría detectar con carácter prenatal las principales enfermedades graves de origen genético, que van desde fibrosis quística o atrofia muscular espinal hasta diferentes aneuploidías, como el síndrome de Down o de Edwards, entre otras.

El proyecto, denominado 'AngeLab' y que ya se puso en marcha el pasado día 1, tiene una financiación comunitaria de once millones de euros y una duración estimada de dos años. Los servicios públicos de salud de La Rioja y País Vasco han sido seleccionados por la UE para participar en esta investigación, junto con hospitales públicos de Francia, Inglaterra, Alemania, Austria, Chipre y Polonia. Pero una vez que se compruebe la eficacia de los ensayos clínicos, la técnica se extendería y comercializaría en todos los países del mundo.

Su antecedente

A día de hoy, no hay hospitales públicos ni privados que dispongan de una prueba no invasiva que detecte malformaciones genéticas con el grado de certeza que plantea esta investigación. Lo más cercano es una técnica implantada en 2009 en el Hospital San Pedro de Logroño, por el que se ha conseguido diagnosticar problemas de malformación en el feto -como el síndrome de Down y otras alteraciones genéticas- con un 90% de certeza, sin tener que recurrir a la amniocentesis. Se trata de un sistema de cribado basado en la medición de varios indicadores biomédicos y ecográficos, que se realizan a la mujer embarazada en el primer y segundo mes de gestación. Sin embargo, no es un sistema tan eficaz como el que plantea esta investigación.