Morsi no tolerará los llamamientos golpistas
MADRID Actualizado: GuardarEl presidente egipcio, Mohamed Morsi, ha instado a todos sus compatriotas a "superar sus diferencias" y a que "unan sus manos" por encima de sus afiliaciones políticas y las divergencias partidistas. En un discurso a la nación, ha señalado que aunque respeta la libertad de expresión, "no tolerará que haya asesinatos o actos de vandalismo" ni llamamientos golpistas, y ha acusado a los manifestantes de haber asaltado el convoy presidencial en la noche del pasado martes.
Además ha convocado a las principales fuerzas políticas del país para el sábado con el fin de abrir un diálogo nacional para "lograr un consenso" ante la actual crisis política en la que se encuentra inmerso Egipto. Este diálogo versará principalmente en torno al Consejo de la Shura (Cámara alta), la ley electoral y el referéndum sobre la nueva Constitución, previsto para el 15 de diciembre y que la oposición exige que sea aplazado. "El país se prepara para celebrar el plebiscito, y si el pueblo lo acepta, comenzará la construcción de las instituciones del Estado. Si no lo aprueba, formaré una nueva Asamblea Constituyente, ya sea por consenso o mediante elección directa, para elaborar una nueva Constitución", ha recalcado.
Asimismo, Morsi ha ofrecido renunciar al artículo 6 de su polémica declaración constitucional, promulgada hace dos semanas, "si el diálogo con las fuerzas políticas así lo decide". Ese artículo dice que "el presidente, en caso de amenaza a la revolución, a la unidad nacional o a la seguridad de la nación, podrá tomar todas las medidas que vea necesarias para hacer frente a esa amenaza", aunque Mursi no ha hecho alusión a los otros artículos del decreto, como el que blinda sus poderes ante la Justicia.
Es la primera vez que Morsi se dirige al pueblo egipcio desde que se desatase la escalada de tensión a raíz del decreto en el que blinda sus poderes, lo que había suscitado las críticas de la oposición y de los propios Hermanos Musulmanes, que le habían exigido un pronunciamiento para calmar la situación. Sin embargo, sus palabras no parecen haber surtido el efecto deseado. Unas 3.500 personas han irrumpido en la sede principal de los Hermanos Musulmanes, situada en la meseta de Al Muqatam, en el este de El Cairo, y han destruido ventanales y el mobiliario. La cofradía ha calificado en su página web de "agresión terrorista" el ataque, del que el secretario general del grupo islamista, Mahmud Husein, ha responsabilizado al ministro del Interior, Ahmed Gamal. Asimismo, grupos de exaltados han incendiado la oficina del Partido Libertad y Justicia (PLJ, brazo político de los Hermanos Musulmanes) en el barrio de Zahara al Maadi, en el sur de la capital, y han asaltado la sede del PLJ, en el barrio cairota de Kit Kat, de la que han sustraído sus bienes.
Tanques en los aledaños del Palacio Presidencial
El discurso de Morsi se produce horas después de que el Ejército ordenase a los manifestantes evacuar los alrededores del Palacio Presidencial en el Cairo, donde había desplegado tanques después de los violentos enfrentamientos entre partidarios y adversarios del mandatario que han dejado ya seis muertos y cientos de heridos.
La Guardia Republicana -una división altamente armada del Ejército egipcio encargada de proteger las instalaciones estratégicas del país- había desplegado ocho tanques y diez vehículos blindados en las calles Merghany e Ibrahim Laqani, en las proximidades del complejo presidencial, ante la presencia de cientos de manifestantes fieles a Morsi, que se habían concentrado delante de una de las entradas del complejo presidencial, de los cuales algunos han instalado tiendas de campaña para comenzar allí una huelga.
Las fuentes del Ministerio de Sanidad han informado de que una de las víctimas en los enfrentamientos es un periodista del diario independiente 'Al Fagr', que se encuentra en estado de muerte clínica por un disparo en la cabeza. Además, unos 450 manifestantes han resultado heridos.
La oposición rechaza el diálogo
El pasado martes, un enfrentamiento entre los detractores de Morsi y las fuerzas de seguridad frente al Palacio Presidencial, se saldó con 27 heridos. Entonces, el líder egipcio tuvo que abandonar el lugar por razones de seguridad. En este contexto, el vicepresidente, Mahmud Mekky, ha ofrecido una rueda de prensa en la que ha asegurado que la puerta al diálogo está abierta, apuntando que podrían enmendarse algunos artículos constitucionales, aunque ha subrayado que el decreto presidencial no se derogará. En la misma línea, el primer ministro, Hisham Kandil, ha llamado a la calma a los manifestantes, al tiempo que ha pedido a las dos partes que "den una oportunidad a los esfuerzos que se están haciendo para comenzar un diálogo nacional".
Sin embargo, la oposición no islamista, unida en el Frente de Salvación Nacional, ha indicado que se han cerrado las puertas del diálogo con la Presidencia tras los últimos acontecimientos, y ha convocado a nuevas protestas para mañana. El Frente ha expresado su deseo de que el jefe de Estado proponga un diálogo, pero ha considerado que esto es muy difícil después de "la sangre derramada frente al Palacio Presidencial". Ha reiterado sus demandas de que se anule la declaración constitucional que blinda los poderes de Morsi ante la Justicia, y la convocatoria del referéndum sobre la Constitución. Estas medidas son necesarias -añade la nota- para lograr "una Constitución consensuada y representativa".
Dimisiones
En este escenario de tensión, varios miembros del consejo asesor de Morsi han dimitido por sus discrepancias con las últimas decisiones del jefe de Estado. El periódico estatal 'Al Ahram' ha identificado a los asesores que han presentado su renuncia como Seif Abdel Fatá y y Ayman el Sayyad, aunque la agencia Reuters añade a un tercero, Amr al Leithy.
El Sayyad ha explicado que la decisión ya estaba tomada desde hace una semana, pero la han mantenido suspendida hasta su confirmación hoy. "Esperábamos que se encontrase una solución (a la crisis), pero ha sido en vano, ha escrito en su cuenta de Twitter.
Por su parte, Abdel Fatá ha explicado a la cadena Al Jazeera que no querían "permanecer en silencio" y ha acusado a los Hermanos Musulmanes de "perjudicar" al país y a la "revolución". El exasesor ha llamado a "reconstruir Egipto", según unas declaraciones recogidas por 'Al Ahram'.
Con estas tres dimisiones, son ya seis el número de empleados de la Presidencia desde que comenzase la ola de protestas contra el decreto aprobado por Morsi y mediante el que el presidente ha ampliado sus poderes.