Portada del libro. / Alberto Ferreras
LIBROS

Una ácida mirada a las entrañas del capitalismo

'El dinero en The New Yorker. La economía en viñetas' invita a un irónico viaje a través de la historia de las finanzas, desde la Gran Depresión hasta la crisis de las hipotecas basura

MADRID Actualizado: Guardar
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Desde hace un tiempo ver las cosas de color negro bien podría identificarse como verlas de color salmón. Dicho salto cromático no se debe a otra cosa que a la depresión de caballo que atenaza a muchos de los que bucean entre las noticias económicas. La prima de riesgo, la misma que marca cuánto deberá devolver de más España por el capital prestado, no ha dejado de hollar nuevas e históricas cotas mientras los indicadores de las Bolsas de medio mundo han cambiado su tendencia ascende nte por abruptas caídas y ‘loopings’ bursátiles para acabar siendo lo más parece montaña rusa.

En estos tiempos donde las cuentas de Europa y Estados Unidos sufren una anemia sin precedentes es difícil esbozar una sonrisa para el común de los mortales si el tema de conversación escogido son las finanzas. Siempre que no seas un lector de ‘The New Yorker’, una “rareza” dirigida a “un público el dinero es algo secundario”. Eso es lo que afirma el escritor y colaborador de la publicación Malcolm Gladwell en el prólogo de ‘La economía en viñetas’, una hilarante antología de ilustraciones publicadas desde 1925 hasta el día de hoy y que tienen la historia de las finanzas como eje constructor. Combinando acidez y humor a partes iguales, el lector arrancará este peculiar recorrido a las puertas de la Gran Depresión y de la mano ilustradores de la talla de Leo Cullum, Edward Koren o Charles Saxon recorrerá casi cien años hasta llegar a los coletazos de la crisis de las hipotecas basura. Un camino de más de cuatrocientas viñetas seleccionadas por Robert Mankoff, editor gráfico y autor de varias ilustraciones que se incluyen en la publicación.

“¿Tienen los realistas su propio libro de viñetas? Es posible. Pero me apuesto lo que quieran a que no es la mitad de bueno que este. Todos no podemos tener la misma gracia?", escribe Gladwell. "¿Qué diantres le pasa al New Yorker por la cabeza cuando piensa en dinero? La respuesta es inmediata: bromear con el asunto", apostilla. "La postura cómica es una elección -continúa;- es la recompensa que obtenemos por mirar al mundo de una manera muy concreta". Algo que queda solo al alcance de una especie que este escritor define el "romántico", alguien incapaz de preguntarse por qué Prescoff se arrojó por la ventana y que siempre prefiere la risa.

Bajo esta filosofía, pocos han sido los asuntos que hayan escapado al irónico juicio de los dibujantes de la cabecera neoyorquina. Ni tan siquiera el suicidio ha conseguido estar exento. La figura del tiburón de Wall Street que, derrotado por los malos resultados de sus apuestas en Bolsa, se arroja desde la ventana de uno de los tantos rascacielos el Nueva York es uno de los tropos más caricaturizados. Incluso, en un delirante giro, cambian el protagonista de esta típica estampa, tantas veces usada en el cine y en la literatura: "El tercer banco más importante del país ha anunciado hoy que se tirará desde el puente de Brooklyn. Se espera que otros bancos del país sigan su ejemplo".

Esta colección de imágenes viene a demostrar que las angustias que persiguen al hombre occidental de hoy en día poco difieren de las tribulaciones financieras de sus abuelos o los padres de estos. Solo hace falta ver la viñeta publicada en los años 20, en la que una mujer le preguntara a otra si estaría dispuesta a venderse "para cancelar la hipoteca del apartamento de su padre" o ese dibujo en la que un hombre trajeado le espeta a su asistente: "Señorita Apgar, aquí decimos "recesión", no "depresión"". 'La economía en viñetas' constituye un completo ensayo que se adentra en las miserias del funcionamiento del capitalismo, el devenir de los mercados mundiales, los volubles lazos laborales de jefes y subordinados o la codicia y la ostentación humana, todo ello bajo el paraguas del humor y de la denuncia social.