Juan Carlos Alfaro, asesino de la niña Almudena Márquez. / MujerHoy.com
psicología

Indefensa para una relación

El asesinato de Almudena Márquez revela graves alteraciones mentales en su asesino, pero también el grado de locura de nuestras leyes

MADRID Actualizado: Guardar
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"Uno no sabe nunca lo que el destino le tiene reservado", escribía Almudena en una red social el pasado 10 de febrero. Ya intuía que su destino era complejo, que no discurría por cauces normales. En aquel momento salía con Juan Carlos Alfaro, de 39 años, el hombre que se convirtió en su asesino ocho meses después. Por esta relación, la madre de Almudena y Juan Carlos habían cruzado denuncias y amenazas. Ella le había denunciado cuatro veces (dos ante la policía y otras dos en la Guardia Civil), e, incluso, había amenazado con matarle si no dejaba a su hija. Él, por su parte, la había denunciado por amenazas. Y sí, la muerte estaba rondando.

Cuando Almudena quiso poner fin a su noviazgo, Juan Carlos la asesinó. "Soy francotirador y os mataré a todos para quedarme con ella", dijo. Y a un amigo, un día antes del trágico suceso, le comentó: "Antes de que me acusen de pederasta, la mato, hago una masacre y me suicido". Y lo llevó a cabo. De un lado, Almudena había empezado a cambiar, ya no quería estar con él. De otro, quizá comenzó a intuir que había en su obsesión por ella algo oscuro, por lo que tal vez se le pudiera acusar de pederastia. ¿Sentía que era un pederasta? Una amiga relató cómo Almudena, después de rechazar un regalo que él le había ofrecido y ser insultada al rechazarlo, le contestó: "Das pena intentando estar con una niña de 13 años como yo". (Mas informmación en MujerHoy.com)