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El Atlético, tan desangelado como el Calderón

El 'equipo B' sigue sin brillar en Europa, pero le basta con lo mínimo ante rivales de la entidad del Hapoel

MADRID Actualizado: Guardar
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Entre el frío, la tele, el rival y la crisis, el Calderón se quedó desangelado para presenciar un partido sin apenas alicientes en el que el campeón de la Liga Europa, con el 'equipo B', selló su pasaporte para dieciseisavos de final sin apenas esfuerzo ante el débil Hapoel de Tel Aviv. Como es habitual en esta competición, ridículo ante el Académica de Coimbra aparte, en el que se frenó el récord de victorias consecutivas en el continente, el Atlético, pese a su pobre encuentro y el fracaso de Diego Costa en punta, no necesitó a Falcao para superar al conjunto israelí. El Hapoel ya fue goleado por el 'Atleti' en su campo y en el estadio rojiblanco, pese a que los de Simeone carecieron de agresividad, entregaron demasiado el balón y jugaron poco, volvió a demostrar muchas carencias.

El Atlético fue el menos malo y así firmó su cuarto triunfo en una competición en la que camina con altibajos y que se ha quedado muy pronto sin el subcampeón (el Athletic), sin jugar en la penúltima jornada. Aunque no le costó al Atlético abrir el marcador, gracias a una gran internada por la derecha de Adrián culminada por el mediapunta Raúl García, los suplentes se dedicaron a reservarse y ofrecieron una pésima imagen, sin la casta ni el sacrificio que ha impregnado a su equipo Simeone. Ante un Hapoel que sorprendió con tres centrales, sesteó más que jugó el Atlético, al que le bastaba un punto para acceder a la primera eliminatoria directa y, después de lograr un nuevo triunfo -lo mínimo exigido- deberá jugarse el liderato del grupo el 6 de diciembre en el campo del Viktoria Pilsen. Allí le valdrá el empate.

Los no habituales del Atlético no brillan en esta Liga Europa, pero a la espera de retos más complicados, es suficiente ante enemigos de la entidad del Hapoel. Cuando los rojiblancos se pusieron a jugar, cuando le vieron las orejas al lobo al comienzo de la segunda mitad, ya que los israelíes estuvieron cerca del empate en el minuto 57, los visitantes, pese a su entusiasmo, se mostraron incapaces para equilibrar algo un insulso enfrentamiento, con poco fútbol y contados detalles de clase. El mejor de ellos, el protagonizado por Adrián en un arranque en el que el Atlético prometía mucho pero se quedó en nada. Cómo sería que durante la primera parte la afición solo despertó y el choque se animó algo cuando Pantsil le pegó un taconazo al ramo de flores dedicado a Pantic que siempre se coloca en el córner y el jugador del Hapoel se ganó la pitada de la indignada afición rojiblanca.

También los seguidores del Atlético se enfadaron durante muchos momentos con su equipo porque, frente a un Hapoel que le exigió muy poco, apenas tuvo ritmo e intensidad, y atacó a ráfagas. Además, los rojiblancos estuvieron negados de cara al gol. Durante el primer tiempo atacó abusó de atacar por la derecha y no tuvo rematador en el área, y en la segunda mitad, aunque elaboró mejor, careció de profundidad y siempre chocó contra el portero visitante, que apenas cogió un balón pero rechazó lo suficiente para evitar un marcador más amplio. Algo que el Atlético tampoco mereció.