La Policía tardará semanas en saber en cuánto se excedió exactamente el aforo del Madrid Arena

La Brigada de Homicidios tardará semanas en entregar al Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid la cifra más esperada: cuánta gente había en realidad en el Madrid Arena la madrugada del 1 de noviembre cuando una avalancha humana mató a cuatro chicas y dejó herida muy grave a una quinta. La Policía Judicial ya avisa que, además de sus cálculos, necesitará de la ayuda de peritos y de otros expertos del cuerpo, como agentes de la Policía Científica, para dar una estimación lo más exacta posible en la que basar una instrucción judicial que se presume muy compleja y larga.

De hecho, el primer atestado remitido el martes al juez del caso Eduardo López Palop evita cualquier especulación sobre una cifra. Ni siquiera aproximativa. Eso sí, según informó el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, el informe deja ya pocas dudas de que en el recinto había mucha más gente que las 9.650 personas que asegura la empresa organizadora, DivierTT, y que en el Ayuntamiento de Madrid, en principio, dio por buena. Ese documento preliminar ya desvela que el “aforo (10.600 personas) estaba sobradamente sobrepasado”, aunque, insiste, el TSJM, el informe no “especifica un número concreto” que “en estos momentos es imposible de determinar”.

Los investigadores –siempre de acuerdo a la información oficial facilitada por la justicia madrileña- apuntan “como posible causa de los hechos” una marea de gente que se coló desde el exterior minutos antes de que a las cuatro de la mañana comenzara el momento más esperado de la noche, la sesión del dj Steve Aoki. La Policía afirma que “instantes antes de producirse el fatal desenlace, un número indeterminado, pero muy importante de personas, que se encontraba haciendo ‘botellón’, saltándose los tornos y sin ningún título de entrada, tomó al asalto el recinto coincidiendo con el inicio de la actuación del dj estrella de la velada”.

El atestado tampoco cuantifica esa marea humana que irrumpió en el recinto. Algunas fuentes judiciales, no obstante, apuntan a que pudo tratarse de entre 2.000 y 3.000 personas, aunque esta cifra tampoco es oficial.

Otras causas

Los investigadores, además de esa muchedumbre que entró a última hora sin pasar por taquilla, ya adelantan que en los futuros informes se estudiarán otras cuatro causas para ese aforo “sobrepasado” del que ya nadie duda: la venta de más entradas por parte de la organización, la existencia de tickets falsificados y que no fueron localizados por la seguridad, numerosas entradas duplicadas y una ‘lista vip’ que supuestamente permitió que otra muchedumbre accediera al Madrid Arena sin que contabilizara como aforo oficial.

Alguno medios hablaron hoy en unas 23.000 las personas presentes en el pabellón durante la actuación de Aoki (el triple del aforo declarado en un primero momento por la organización), pero mandos de la investigación calificaron esa cifra de “mera especulación”, porque por el momento, es imposible, calcular el número exacto de jóvenes en todo el recinto. La única aproximación válida –señalan los investigadores- es el gentío que se encontraría en la pista central: unas 8.000 personas para una superficie en la que no debía haber más de 3.600.

Por otra parte, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid informó este jueves que la semana que viene el magistrado López Palop llevará a cabo en el Madrid Arena una inspección ocular, acompañado por el fiscal, algunos de los investigadores y tres jóvenes policías que, “libres de servicio, se encontraban la noche de autos en el interior del recinto y fueron, por tanto, testigos directos de lo sucedido”.

El magistrado, así mismo, ante la avalancha de peticiones de ciudadanos que quieren personarse como perjudicados por la avalancha en el ‘Thriller Music Park”, ya ha anunciado que para ser considerados víctimas deberán “acreditar algún título que justifique su presencia en el interior del recinto para evitar la picaresca”. Esta exigencia, no obstante, va a provocar problemas, ya que la seguridad de la macrofiesta, según innumerables testimonios, se quedaba con las entradas completas en la puerta y no con un pedazo de las mismas, como es preceptivo.