Özil rescata un punto de oro ante un Dortmund notable
De golpe franco en el último minuto, el alemán acerca a octavos a un Madrid caótico al que mejoró Callejón en la segunda parte
MADRID Actualizado: GuardarÖzil, desaparecido hasta entonces, salvó los muebles en el Bernabéu. Rescató un punto fundamental en un golpe franco directo que ejecutó con precisión y entró con suspense, ya que el balón botó y golpeó en el poste antes de sorprender al portero. Acercó a octavos de final a un Real Madrid horrible en el primer acto y corajudo en el segundo. La entrada de Callejón le dio más mordiente a un grupo que se movió a impulsos, sin fluidez y con nula creación en el centro del campo en una noche que dejó marcado a Modric.
Mourinho se pegó un tiro en el pie. Sufría bajas pero resulta inexplicable que por la baja del lateral izquierdo descomponga toda la zaga. Sin Marcelo y sin Coentrao, bien pudo apostar por un defensa puro del filial y mantener a los demás en su posición natural. Pero fue terco por no dar su brazo a torcer y no recurrir a Nacho. Romper el eje central formado por Pepe y Ramos, de los mejores de Europa, insistir con el prometedor Varane y situar a Arbeloa en el flanco zurdo, supone asumir unos riesgos desmedidos frente a un rival de enjundia. Ya le ocurrió en el Westfalenstadion con Essien.
Además de sus problemas atrás, muy bien aprovechados por un Dortmund rápido, versátil y de buen toque, el Madrid sufrió una grave contradicción en el centro del campo. Muy a su pesar, ya que Khedira es la primera opción y Essien la segunda, por culpa del juanete inflamado del francés tuvo que recurrir de inicio a Modric, un futbolista que no le convence pese a que lo fichó porque es polifuncional. Resulta que con Xabi Alonso y el croata, dos jugadores de buena técnica, el Madrid no creó y tuvo que correr detrás del balón como un equipo menor. Y defender supone un serio problema para Modric, fino estilista pero físicamente débil. Para colmo de problemas, Higuaín notó un dolor en la parte posterior del muslo en una acción mediada la primera parte. Y en el banquillo no había otro punta, ya que Morata no estaba convocado.
Con esas trazas, el Madrid fue una calamidad en el primer tiempo. Se sabía que el Dortmund es un equipo notable, doble ganador de la Bundesliga en los dos últimos años, pero no que saldría con tanto desparpajo en el Bernabéu. Arropados por miles de hinchas que tomaron Madrid desde primera hora, los alemanes se sintieron como en Westfalia. Mejoraron sus prestaciones en el centro del campo porque pudo jugar Gündogan, ausente hace un par de semanas. El jugador de origen turco tiene personalidad y presencia. Mejora al capitán Kehl, quien jugó con una máscara porque ante el Stuttgart se rompió la nariz. Por las bandas, Ramos y Arbeloa cerraron mal una y otra vez. Y entre líneas, Götze se manejó a su antojo.
Desajustes y polémica
Pudo adelantarse pronto el Dortmund. Lo evitó Casillas con dos buenas intervenciones a tiros de Schmelzer y Grosskreutz. Pintaba mal la noche porque el Madrid se veía desarbolado, roto en todas sus líneas y hasta con Cristiano incómodo, como si sufriera alguna merma física. El primer grave error de Arbeloa preludió el gran disparo de Reus, uno de los jugadores emergentes del fútbol teutón. Lo mejor que tiene el Madrid es que siempre está cerca del gol por muy mal que juegue. Igualó en una acción aislada. Un córner, un rechace largo, otro centro y un cabezazo racial de Pepe, dedicado a su niña. Celebró a lo grande el público un gol que le recordó a los antiguos remates de Benito, Pirri o Camacho. Durante algunos minutos, los alemanes acusaron el golpe. Pero se aprovecharon de otro desajuste enorme de los blancos justo antes del descanso. Entre Götze y Arbeloa, a quien la UEFA concedió el gol en propia meta, la liaron.
‘Mou’ tuvo que rectificar en el descanso. Recurrió a Callejón por la lesión del ‘Pipa’ y ubicó a Cristiano de delantero centro. Y entendió que incluso a medio gas, Essien le aportaba más en este partido que Modric. El granadino revolucionó el partido en un santiamén. Su capacidad para meterse en los partidos desde el primer segundo y ganar la espalda a los rivales, es sorprendente. En pocos minutos, gozó de un par de ocasiones y sufrió la anulación de un gol por un fuera de juego más que dudoso. Cuestión de centímetros, pero el asistente turco no le concedió al atacante el beneficio de la duda.
De forma paulatina, al Dortmund acusó el mayor empuje del Madrid, fatiga y miedo escénico. Se pertrechó cada vez atrás. Su ventaja es que el empate le servía para continuar como líder. ‘Mou’ ordenó jugar con defensa de tres al introducir a Kaká por Arbeloa. En jugadas casi siempre embarulladas, fruto más de la ‘testiculina’ que del buen fútbol, los blancos se hicieron acreedores a un empate que llegó al fin gracias a Özil.