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Los taxistas de Madrid serán más listos y sumisos e irán mejor vestidos
La nueva ordenanza les obliga a tener la ESO y les prohíbe ponerse pantalón corto y sandalias
MADRID Actualizado: Guardar¿Quién no se ha sentido alguna vez como Forrest Gump ante una caja de bombones? Ahora cambiemos bombones por taxis y respondámonos eso de "nunca sabes cuál te va a tocar". Una lotería. Hay taxistas amables y taxistas bordes, charlatanes y callados, tramposos y honestos, rubios y morenos, hombres y mujeres, de los que escuchan la radio a tope y de los que van canturreando sus canciones favoritas, de los que les gusta la ducha diaria y de los que tal parece que solo tropiezan con el agua de vez en cuando, de los que te hacen un interrogatorio y de los que te cuentan sus penas. Vamos, como la vida misma. Eso en cuanto a contenido, porque en cuanto a continente... Hay taxis minimalistas y taxis barrocos, de los que huelen a nuevo o a ambientador de pino, de los que el motor parece decir hasta aquí he llegado o te llevaré al fin del mundo si tú me lo pides. Eso sí, todos blancos.
Pues bien, como en la variedad está el gusto, el Ayuntamiento de Madrid ha decidido, por obra de su alcaldesa Ana Botella y gracia de los votos favorables de la mayoría, que al gremio del taxi hay que darle una vuelta. Dejando a un lado la letra pequeña de la nueva normativa, en la que se fijan tarifas desde el aeropuerto y aspectos menos mundanos como emisiones, gases (del coche, se entiende), llama la atención... En realidad casi todo. Desde ya mismo, en Madrid podrá encontrarse con un taxista amable o borde, charlatán o callado y un largo etcétera, pero lo que no se encontrará, seguro, es a un taxista con pantalones cortos, ni tampoco con camiseta sin mangas. Y no porque en la capital del reino ya comience a hacer frío, sino porque así lo establece la nueva ordenanza. La flamante hoja de ruta prohíbe también las sandalias, el calzado deportivo o de baño; es más, especifica que los taxistas y las taxistas deberán llevar siempre el calzado con medias o calcetines.
Pero hay más. A partir de ahora, si usted es de los de "porque yo lo digo", está de enhorabuena, ya que podrá imponerle al taxista bajar o quitar la radio. Y no solo eso: la temperatura del taxi también la decide usted, siempre no le pida al buen hombre poner el aire a menos de 18 grados ni a más de 25.
Los taxistas del nuevo Madrid de Ana Botella, además de ir mejor vestidos y ser más sumisos, serán más listos. Todos, sin distinción, tendrán que haber terminado sus estudios de la ESO y estar en posesión del título de graduado en Secundaria. Y por qué todo esto, la propia alcaldesa lo aclara: "Para muchos es la primera cara que ven los turistas al llegar a la ciudad".