Final de infarto para ganar al Celtic
Jordi Alba anotó en el minuto 94 el gol de la victoria azulgrana
BARCELONA Actualizado: GuardarEl fútbol es una cuestión de fe. El partido estaba acabado, habían pasado cuatro minutos del tiempo reglamentario y la gente ya empezaba a buscar la salida del campo. Casi nadie confiaba ya en la victoria. Pero Jordi Alba sí. Vio a su compañero en el lado opuesto del área, se desmarcó cogiendo la espalda de sus defensores y pescó un balón imposible en la línea de gol que fue de oro. Valió tres puntos y una victoria ‘in extremis’ que el Barça sudó tinta para conseguirla. Todo el encuentro fue un querer y no poder azulgrana: más de veinte llegadas al área y la frustración porque las cosas no salían. El Celtic era un muro infranqueable. Hasta que Alba salió al rescate y confirmó la primera plaza del Barça en el grupo G y puso a su equipo con pie y medio en los octavos de final.
El partido, no obstante, se le puso cuesta arriba desde muy pronto al conjunto catalán. El Barça esperaba de inicio a un conjunto británico quizá algo más cerrado. Pero mientras el marcador fue igualado en la primera parte, el Celtic se mostró como un conjunto ambicioso; sin perder la cabeza con muchos efectivos en el ataque, pero una buena predisposición a buscar las cosquillas a la zaga rival. Neil Lennon ha debido de ver muchos vídeos del Barça y debía de saber que este Barça, confeccionado para atacar, sufre en posiciones defensivas. Y es que, con poco, los equipos le crean peligro. Se evidenció en A Coruña, donde el Depor hizo poco y logró cuatro goles y se pudo ver ante el Celtic. Los resultados acompañan al equipo, pero a su vez están tapando los problemas defensivos del Barça. Tito debe de estar preocupado: hasta que no vuelvan Puyol y Piqué el equipo sufrirá. El caso es que ante los escoceses, Vilanova afrontó su principal quebradero de cabeza tirando de fondo de armario. Ante las ausencias por lesión de Piqué, Puyol y Alves, a las que se añadió la de Busquets por suspensión (fue expulsado en Lisboa), el técnico azulgrana recurrió a Bartra, inédito hasta la fecha. Lo hizo junto a Mascherano, Adriano y Alba, en una defensa poco habitual. Song hizo de Busquets, junto a Xavi e Iniesta, y en ataque actuaron Pedro, Alexis y Messi.
Dominio infructuoso
El Barça arrancó bien, con ritmo, encerrando a su oponente en su área, pero el dominio era engañoso, porque se le atragantaba la defensa escocesa, que cerraba con todos menos con Samaras y Hooper, que se quedaban de islas. Las combinaciones no acababan de ser eléctricas y el equipo catalán se chocaba contra el muro británico. En esas llegó el que parece que será ya el minuto oficial del Camp Nou: el 17 y 14 segundos (1714 es una fecha con reminiscencias identitarias). Mientras la grada cantaba a favor de la independencia, Samaras, el mejor de los escoceses, cabeceó un saque de falta y la tocó tan mal que pegó sobre Mascherano y mansamente entró en el arco de Valdés. El Barça no estaba jugando mal, pero volvía a dar demasiada ventaja al rival. El problema defensivo no parece que sea tanto de jugadores como de sistema. Con Pep, el equipo defendía desde la delantera, ahora esa presión es más tímida y le llegan más fácil. Con ventaja en el marcador, los católicos de Glasgow se echaron un poco más atrás y el Barça lo aprovechó. Aunque careció de fluidez en el ataque, quizá porque Pedro y Alexis no abrían lo suficiente el campo, era cuestión de tiempo. Bastaba con esperar que Xavi, Iniesta y Messi se asociaran. Faltaban dos minutos para el descanso y justo cuando se empezaron a escuchar los primeros pitos, los tres mejores jugadores del mundo en el año 2010 lanzaron una triangulación mortal que definió Iniesta por bajo.
Tras la reanudación, el partido se abrió un poco más. El Barça avanzó líneas, sobre todo la de sus dos laterales, que se sumaron con mayor asiduidad al ataque. Tito acumuló más jugadores en el ataque, adelantó su defensa, para presionar más arriba y logró encerrar a su rival. Pero el gol no acababa de llegar, en parte porque Messi no tuvo su noche. Desaprovechó dos libres directos, que salieron lamiendo el larguero y tuvo dos, a bocajarro, que detuvo Forster. Y, mientras, el Celtic contragolpeaba con peligro a través de Hooper.
Tito movió el banco. Buscaba soluciones, frescura, que Tello le diera algo distinto: el factor sorpresa de un hombre habilidoso. Más madera. Villa reemplazó a Alexis y Vilanova tocó a rebato. Quedaban 10 minutos y el Celtic estaba literalmente colgado de su larguero. Villa dio primero y estrelló un certero remate a la cepa del poste. Todo parecía que el empate era inevitable hasta que Alba salió de la nada y batió a Forster.