CRISIS FINANCIERA

La morosidad marca un nuevo máximo al dispararse al 10,5%

La recesión y la reestructuración del sector hacen prever que la escalada seguirá en próximos meses

MADRID Actualizado: Guardar
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Imparable, la morosidad bancaria ha alcanzado un nuevo máximo y ya lleva diecisiete meses consecutivos de subida. El 10,5% de los créditos del sistema financiero español eran, a finales del pasado agosto, de dudosa recuperación. Números cantan. Del total de 1,69 billones de préstamos del cierre del mes de agosto -18.000 millones menos, lo que supone una caída del 1,05% respecto al 31 de julio- la cifra de dudosos se elevaba a 178.597 millones. Es una cuantía equivalente al 16% del Producto Interior Bruto y, comparada con los 127.785 millones de un año antes, supone un inquietante incremento interanual del 39,7%. Hace justamente un año, la tasa de morosidad estaba en el 7,1%.

En junio se superó la marca histórica, el 9,15% registrado en febrero de 1994 -tras la intervención de Banesto y en plena resaca de la anterior recesión- pero la tasa ha seguido creciendo. Incluso el Banco de España ha corregido al alza el dato de julio para situarlo en el 10,09%, de manera que el avance a ritmo de dos dígitos ya se produjo en ese mes.

Hay abundantes razones para que el crédito moroso aumente con mayor celeridad de lo previsto, y el sector no ve próximo el final de esa escalada. El supervisor obliga a considerar en mora el total de la cantidad adeudada cuando un cliente deja de pagar la cuota durante tres meses consecutivos, y también cuando entra en concurso (antigua suspensión de pagos). Pero el filtro se ha afinado mucho con motivo por el exhaustivo examen realizado a las entidades para la prueba de resistencia cuyos resultados acaba de dar a conocer Oliver Wyman.

Miles de operaciones se han reclasificado, en una 'operación transparencia' que ha aflorado la práctica totalidad del crédito al 'ladrillo' bajo sospecha. También ha influido la próxima constitución del banco malo, al que las entidades traspasarán -las que pidan ayudas, obligatoriamente, y las saneadas, de forma voluntaria- los activos adjudicados, pero también los préstamos morosos vinculados al ladrillo.

Recesión y reestructuración

La coexistencia de la recesión con la reestructuración bancaria es otra de las causas. En la medida en que aumenta el paro y se recortan los ingresos domésticos, las familias dejan de pagar las deudas. Empiezan por no devolver los préstamos al consumo, y en casos extremos llegan hasta la hipoteca. En las empresas, sobre todo entre las pymes, cuando el desplome del consumo achica los ingresos y surgen los problemas para atender los débitos, se recurre inicialmente a la refinanciación. Este camino es cada vez más difícil y, de cara al futuro, se verá obstaculizado por la normativa que impone a las entidades más rigor a la hora de clasificar las renegociaciones. Finalmente, la contracción del negocio bancario es otra de las causas del aumento de la tasa de morosidad . Mientras la cifra de créditos se reduce, los impagados aumentan.

Ante este deterioro de la cartera de crédito, las entidades financieras han elevado su colchón contra pérdidas hasta un total de 106.765 millones de euros. Buena parte de esta cantidad responde al cumplimiento de los reales decretos de febrero y mayo que impusieron saneamientos por el crédito promotor problemático, y también por el sano, mientras que el resto lo ha realizado el sector de forma voluntario, en previsión de otros deterioros. La cifra supone un incremento de 4.000 millones respectos a las dotaciones de julio y un fuerte aumento del 47,7% -en concreto, 34.472 millones-, en las correcciones de valor por deterioro de créditos respecto a doce meses antes.

El Banco de España ya no desagrega los datos entre bancos, cajas y cooperativas, desde la transformación de muchas de las entidades de ahorro. Separa, eso sí, la morosidad de los establecimientos financieros, más conocidos como 'financieras', que proporcionan crédito para la compra de bienes duraderos (coches, muebles, electrodomésticos). La tasa de morosidad de las financieras está estabilizada: era del 9% hace un año, y desde el pasado julio se mantiene en el 8,97%. El volumen de crédito dudoso se cifra en 3.541 millones de euros.