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Candy Crowley, un símbolo entre Obama y Romney
Por primera vez en 20 años, una mujer dirigirá el encuentro televisivo entre los aspirantes a presidente
MADRID Actualizado: GuardarNinguna mujer ha moderado los debates entre candidatos a la Presidencia en Estados Unidos desde 1992. La razón es otro de esos misterios que rodean al mundo femenino y que algunos confunden con la naturaleza de las cosas (salarios más bajos, nula presencia en consejos de administración, mayor nivel de paro...). Unas adolescentes montaron una campaña en internet preguntando lo obvio –¿por qué? ¿No hay mujeres periodistas cualificadas para hacer preguntas a los candidatos? – y recabaron más de 100.000 firmas. Quizá la Comisión Electoral tomó nota.
El caso es que una mujer dirigirá el encuentro televisivo entre los aspirantes a presidente, por primera vez en 20 años: Candy Crowley, veterana reportera de la CNN y experta en política nacional, se sentará el 16 de octubre entre los candidatos Barack Obama y Mitt Romney. Candy es una mujer madura, con años de experiencia, habilidad y sentido del humor. Se ha convertido, sin quererlo, en un símbolo, como les ocurre todavía a muchas profesionales que hacen su trabajo con seriedad y talento: como si, a pesar del tiempo, de la mentalidad políticamente correcta y de la masiva incorporación laboral, aún estuvieran de prestado. “Como cualquier periodista en una democracia con libertad de expresión, me siento sorprendida, impresionada e ilusionada”, dijo al saber que sería la moderadora.
Las mujeres, especialmente las que ocupan cargos directivos en mesas llenas de hombres, no suelen reclamar o levantar la voz, no vaya a ser que alguien crea que quieren significarse. Porque siempre habrá quien alegue que han sido elegidas, en un desierto de nombres femeninos, por ser mujeres. Los señores se resisten a ceder su espacio, y atacan los logros pervirtiendo los argumentos. Hubo quien dijo que, en realidad, ellas renuncian a los puestos altos porque no tienen ambición y prefieren no sacrificar a la familia. El velo es tan denso que seguimos sin verlo. (Más información en MujerHoy.com)